Se estima que casi el 50% de los varones españoles padecerá a lo largo de su vida un agrandamiento de la próstata, lo que “perjudicará la calidad de vida y en algunos casos llegará a impedir completamente la salida de la orina por lo que pueden llegar a verse obligados a utilizar una sonda para poder miccionar”, afirma el Doctor Carlos Reig, Jefe del Servicio de Urología del Hospital de Manises.
En la actualidad, la utilización del láser verde se ha consolidado como una de las técnicas más efectivas y menos invasivas para solucionar este problema. El Hospital de Manises, que cuenta con esta técnica desde 2013, ha realizado más de 300 intervenciones de este tipo con un elevado porcentaje de éxito.
“El láser se compone de un haz de luz que elimina parte del tejido prostático mejorando estos problemas de micción. La intervención se realiza a través del conducto de la orina, por lo que no se necesita ninguna incisión. Con el instrumental necesario, el urólogo accede a la próstata y mediante la colocación del láser aplica la energía que permite evaporar el tejido que se ha agrandado en la próstata.
La principal ventaja del láser frente a una intervención prostática tradicional es que reduce más de un 30% el riesgo de sangrado, ya que la posibilidad de que se produzca una hemorragia con esta técnica es remota.
“Esto se debe a que la energía láser produce una coagulación muy eficaz del tejido y por lo tanto impide que se produzcan sangrados. Por este motivo es ideal para pacientes que tomen tratamiento anticoagulante o que tengan algún tipo de enfermedad que aumente el riesgo de sangrado”, explica el Doctor Carlos Reig. Este procedimiento presenta la posibilidad de poder operar próstatas de todos los tamaños, incluso las más grandes, que hasta ahora eran tratadas mediante cirugía abierta con mayores riesgos. “Se trata de una intervención mínimamente invasiva, y por lo tanto resulta muy cómoda para el paciente, ya que prácticamente no produce dolor y le permite incorporarse a su vida normal de inmediato”, afirma el Doctor Reig.
El perfil del paciente que sufre problemas por agrandamiento del tejido prostático es el de un hombre de entre 50 y 60 años que ha comenzado a tener dificultad para orinar.
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