En los últimos días la
paranoia persecutoria se está instalando en algunos miembros del gobierno de
Sagunto. Ahora resulta, que miserablemente, los que formamos parte de las
comisiones informativas de la corporación, grabamos las reuniones en audio para
después difundir éstas en los medios de comunicación… Y yo me pregunto, se les
está yendo la cabeza del todo?
La primera hipótesis del
misterio de las supuestas grabaciones nos llevó a la acusación absolutamente
vacía de fundamento de la Sra. García, que no se cortó en señalar como posibles
culpables a todos los representantes políticos que formamos parte de esa comisión,
además de a los representantes sindicales que acudieron a la misma y a los
componentes del comité de trabajadores de Lafarge, de algo que en todo caso
sería más que discutible. Realmente se cree la concejal de Compromís que existe
obligación de guardar silencio, o que las reuniones son confidenciales?
Como yo no la considero
tan ingenua, llegamos a la segunda hipótesis… “como no me interesa que tengan transcendencia mis manifestaciones en la
comisión, voy a cambiar la bolita de cubilete y mientras los medios y vecinos
la buscan, lo realmente transcendente se olvidará pronto”.
Ahora resulta que nunca
existió una grabación de audio, sino que el Portavoz de IP, tomó nota de cada
una de las manifestaciones de la Concejal y facilitó las mismas a un medio de
comunicación del municipio. Misterio resuelto!!
Salvadas las formas y
una vez hemos conseguido encontrar la bolita, nos fijamos en el fondo, ese que
la Sra. García no quiere que se sepa.
Yo soy de los que piensa
que las formas de decir las cosas dicen mucho más que las propias palabras, y
eso es lo que realmente me preocupó en esa comisión.
La actitud de la
portavoz de Compromís fue desde el inicio batalladora, polemista, y en muchos
momentos, agresiva en sus formas. Utilizó expresiones como “informe de parte” refiriéndose al informe jurídico aportado por
los trabajadores, dejando bien claro que considera a éstos la contraparte del
conflicto y confundiendo que realmente quien ostenta ese papel es la propia
empresa, no los trabajadores, que en todo caso son las víctimas del
desencuentro.
Otra muestra de su
actitud la mostró al considerar como una “amenaza”
la referencia a acciones judiciales contra el consistorio en concepto de daños
y perjuicios en el caso del cierre de la factoría, cuando en realidad es una
total negligencia no contemplar todos los escenarios posibles y que por
necedad, una decisión visceral del equipo de gobierno nos aboque a la bancarrota
a todos los vecinos del municipio. Lo bien cierto, es que en el caso de que el
conflicto llegue a los Tribunales las consecuencias económicas para nuestro
Ayuntamiento podrían ser devastadoras y no es responsable el comportamiento que
hasta el momento ha tenido este gobierno para afrontar el problema.
Solo espero que sean
conscientes de que están jugando con el dinero de todos y el trabajo de muchos
ciudadanos, y que siempre debe de prevalecer el interés de la mayoría al deseo
personal de unos pocos.
Comparte la noticia
Categorías de la noticia