Una cadena humana rodea el colegio La Milotxa. EPDA
Tras publicar la Conselleria de Educación el 15
de marzo el Arreglo Escolar para el
próximo curso, manteniendo las 9 aulas actuales de La Milotxa, todo eran
felicitaciones. Pero el 21 de marzo la Conselleria ha «rectificado» su informe anterior y elimina un aula, lo que supondrá
la pérdida de dos profesores, del jefe de estudios, la reducción de dos padres
y dos profesores en el consejo escolar y la disminución en la calidad de la
enseñanza. Las medidas no se han hecho esperar: cadena humana, manifiesto,
consejo escolar municipal extraordinario… y muchos vecinos implicados.
En la
actualidad, el colegio público La
Milotxa cuenta con 173 alumnos y 15 profesores, divididos en 9 aulas: 3 de
3 años, 3 de 4 años y otras 3 de 5 años. Dado que la ley actual establece un
número máximo de 25 alumnos por aula, en el último Consejo Escolar Municipal el
inspector de zona advirtió que el próximo curso podría quedarse sólo 2 aulas de
4 años en este colegio.
Ante la
advertencia, el claustro y el AMPA de La Milotxa estudiaron qué acciones tomar
y fueron preparando medidas, pero sin ninguna actuación hasta que se publicara
el Arreglo
Escolar, es decir, el plan de distribución de aulas en todos los
centros públicos de la Comunidad Valenciana, tarea que corre a cargo de la
Conselleria de Educación.
En
plena plantà de la falla escolar, el
15 de marzo, el Ayuntamiento de Puçol comunicaba a la dirección del centro que
ya tenían el Arreglo Escolar para el
próximo curso y, «para sorpresa de todos,
no sólo nos mantenían las nueve aulas actuales, sino que la Conselleria nos
proponía añadir una nueva para alumnos de dos a tres años el próximo curso.
Nunca las Fallas se habían vivido con tanta alegría en el colegio», apunta Rosana Bermúdez, jefa de estudios de La
Milotxa.
Pero el
pasado miércoles, 21 de marzo, la Conselleria publicaba una rectificación al
dictamen anterior debido a «un fallo informático». Conclusión:
se suprime para el próximo curso una clase de 4 años. El plazo para presentar
alegaciones finaliza el 28 de marzo, por lo que padres, profesores y vecinos no
han tardado en movilizarse.
El
jueves 22 de marzo se reunía el Consejo
Escolar Municipal, con presencia de representantes de todos los colegios
públicos y el concertado, profesores, directores, concejal de Educación y el
inspector de zona: la votación realizada acuerda apoyar la petición para que La
Milotxa no pierda un aula.
¿Tanto significa la pérdida de un aula?
En primer
lugar, si un centro baja de 9 unidades (las que tiene ahora La Milotxa), pierde una maestra tutora y una profesora
de apoyo, es decir, dos profesores.
Paralelamente,
del equipo directivo se suprime el jefe
de estudios, cuya tarea pasaría a realizarla el director quien, al asumir
dos funciones, difícilmente puede impartir también clases, algo que viene
realizando en la actualidad.
Además,
el Consejo Escolar pasaría de tener
7 padres a 5 únicamente y, a nivel de profesores, también bajaría de 6 a 4 en
el consejo.
«Y eso son los números, pero una clase se va
a dividir y eso tras haber pasado con tres años el difícil periodo de
adaptación de los niños de tres años, que acaban de entrar al colegio»,
explica Ana Ibáñez, presidenta del
AMPA. «Tendrán que adaptarse a nuevos
profesores y nuevos compañeros, lo que supone empezar una vez más el periodo de
adaptación, algo poco recomendable».
Pero
hay más: los números ahora indican que hay suficiente con dos aulas, pero ¿qué
pasaría el año próximo si se presentan
nuevos alumnos en Puçol una vez iniciado el curso? Teniendo en cuenta que
los demás colegios de infantil ya tienen cubiertas las 25 plazas, podría darse
el caso de que se superara la ratio oficial si llegan nuevos vecinos a la
población.
«No es una opción extraña, de hecho el pasado
curso llegaron para matricularse ocho nuevos alumnos, de los cuales acogimos
seis en La Milotxa y dos en el colegio Obispo Hervás», puntualiza la jefa
de estudios. «Al tener todos los centros
ya cubiertas la veinticinco plazas la opción lógica sería que volvieran a crear
la clase de cuatro años, pero todos sabemos que en mitad de un curso eso es
muy, muy difícil».
Medidas encadenadas
Ante
esta situación, tras el consejo del jueves, las actuaciones abiertas al público
han comenzado.
El
viernes 23, por la mañana, el director Pedro Gómez y una representación de los
padres de La Milotxa han acudido a la Conselleria a entregar las primeras alegaciones.
Paralelamente,
en el colegio se ha iniciado la recogida
de firmas para impedir la eliminación de un aula de 4 años.
El
viernes 23 por la tarde, con una cadena
humana abrazando el colegio, «un
abrazo que intenta mostrar todo lo que significa para padres, alumnos y
profesores este centro de infantil», resume Ana.
Tras el
abrazo, la lectura de un manifiesto
a cargo de alumnos, padres, profesores y el director del centro, en el que se
explica la pérdida que supone para la calidad de la enseñanza el aumentar
nuevamente el ratio.
El
lunes 26, a las 10 horas, el director Pedro Gómez ya tiene cita concertada en
la Conselleria de Educación con el jefe de Planificación
Educativa, Rafael Fresquet, para estudiar juntos qué opciones hay.
El
martes 27, a las 16.45 horas, nueva
manifestación de vecinos en el colegio, esta vez con una chocolatada como
punto de encuentro para explicar cómo está la situación.
Y el
miércoles 28 acaba el plazo para presentar alegaciones.
Entre
todas las medidas, padres, alumnos y profesores han aparecido siempre con un
muñeco pegado en el pecho o en la espalda: es el popular símbolo de «los
inocentes» con un eslogan en el que se lee «Queremos
sumar, no restar» y con un interrogante con el que intentan sintetizar sus
quejas: «¿Por qué siempre lo pagan los inocentes».
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