Instante de la colocación de la campana La
parroquia de San Miguel y San Sebastián de Valencia instaló ayer en su
campanario su nueva campana de 118 kilos, dedicada a San Antonio de
Padua, tras ser restaurada y permanecer expuesta en el altar del templo
dos meses en una campaña de recogida de alimentos para la Cáritas
parroquial.
La
campana, que fue bendecida por el párroco Juan Andrés Talens el pasado
mes de octubre, fue subida “con una grúa de 35 metros de altura y
colocada en el ventanal que da a la Gran Vía Fernando el Católico”,
según han indicado hoy a la agencia AVAN fuentes de la asociación
Mestres Campaners, que ha organizado la campaña solidaria.
A
final del pasado septiembre, la campana fue colocada en el altar del
templo “junto con un capazo donde los fieles han depositado alimentos no
perecederos que serán donados a la Cáritas parroquial”, han añadido.
La
pieza, de cobre y estaño, “pesa 118 kilos, sólo el bronce, y 210 kilos
junto con el yugo y accesorios, y ha sido cedida en depósito por la
antigua parroquia San Antonio de Padua, de la barriada Carrera En Corts
de Valencia, en la actual demarcación de la parroquia de Nuestra Señora
de Lepanto de Castellar, gracias a su párroco José María Colomer Egea”,
han señalado.
Igualmente,
la campana, de 60 centímetros de diámetro y fundida en 1940, “fue
restaurada en verano, con un nuevo yugo, en los talleres de la empresa
2001 Técnica y Artesanía de Massanassa,”, han explicado.
De
esta forma, la parroquia de San Miguel y San Sebastián “tiene una nueva
campana, que se suma a las tres existentes en el templo, en el que
antes de 1936 había un juego de cinco campanas, de las que actualmente
solo se conserva una, llamada `Sebastián´”.
La
idea de la campaña solidaria surge “de la devoción llamada ´pondus
pueri`, el peso del niño, a raíz de un milagro atribuido a San Antonio
de Padua ya que, según la tradición, una madre cuyo hijo murió ahogado
tras caer dentro de un recipiente lleno de agua recurrió a su fe al
santo e hizo el voto de dar a los pobres tanto trigo como pesaba su hijo
si el niño resucitaba, como así sucedió”, según las mismas fuentes.
Desde entonces “los padres prometían a San Antonio tanto pan como el
peso de sus hijos, para que los protegiera de las epidemias y de otros
males”.
Tanto
la cesión de la campana, como su restauración e instalación y la
campaña solidaria han sido promovidas por la Asociación Mestres
Campaners de Valencia, fundada en 1989, con la colaboración de la
parroquia de San Miguel y San Sebastián.
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