El cuerpo principal de la exposición de Javier Aoiz Orduna para Puchol es la obra inspirada en Valencia.
El pintor madrileño Javier Aoiz
Orduna volverá a encandilar al público valenciano con una exposición que podrá
visitarse a partir del próximo sábado 4 de mayo en la galería de arte Puchol
(Conde Salvatierra, 32). ‘Mayo en Valencia’ es una selección de las mejores
series recientes de este artista que incluyen su homenaje a Marylin, los
paisajes urbanos de Nueva York, naturalezas muertas y, especialmente, un
conjunto de obra nueva dedicada a la ciudad de Valencia y su entorno. La
exposición se inaugura este sábado a las 12.30 horas con la presencia del
artista madrileño y permanecerá abierta hasta el próximo 21 de mayo.
El cuerpo principal de la exposición
de Javier Aoiz Orduna para Puchol es la obra inspirada en Valencia. El artista
hace gala de sus numerosos encuentros con la urbe mediterránea de la que se
reconoce un completo enamorado. El pintor capta en sus cuadros la sensación
atmosférica de una ciudad bañada por el mar, luminosa y vital. De ascendencia
navarra, Javier Aoiz Orduna prefiere mojar sus pinceles en una paleta
mediterránea más cercana a Sorolla que a la escuela madrileña. Esa seducción
por el color y la luz se aprecia en la selección de vistas de la capital del
Túria; en sus calles del casco histórico, en lugares emblemáticos como la plaza
del Ayuntamiento, el Micalet o la plaza de la Reina y de una manera muy viva en
la familia que Javier Aoiz Orduna construye en torno a la Ciudad de las Artes y
las Ciencias. El perfil de L’Hemisfèric sobre el lecho del agua se convierte en
un ejercicio pictórico de estudio de la luz y el color de exquisitos
resultados.
Aunque a Javier Aoiz Orduna no le
gusta pintar del natural almacena en su retina reflejos y matices que después
logran aportar esa apariencia de una pintura fresca y directa, en ocasiones
casi más de apunte. El halo de pintura inmediata esconde tras de sí un laborioso
proceso de horas de estudio.
Las vistas de Valencia comparten sala
con cinco panorámicas de Nueva York y sus iconos arquitectónicos: Skyline,
World Trade Center, Empire y los rascacielos de Manhattan. Al igual que ocurre
con Valencia, el pintor ofrece una visión positiva de la urbe centrándose en el
paisaje urbano y abandonando toda alusión directa a la presencia humana o a los
vehículos que no tienen cabida en los lienzos de Javier Aoiz Orduna. El artista
mudó sus prejuicios al visitar la megalópolis y hallar una ciudad divertida,
luminosa y muy cercana gracias, en parte, al cine y sus continuas referencias.
Como muchos otros artistas antes Javier Aoiz Orduna descubre la belleza plástica de una ciudad que parece
nacida para ser pintada.
La dureza del paisaje urbano se
dulcifica con la sensualidad de la diva del cine Marylin Monroe. El pintor
recuerda los 50 años sin la actriz y lo hace con una estética cercana al Pop.
Emplea la bandera americana y escenas de cuatro de las películas más famosas
protagonizadas por el mito rubio para entablar un diálogo con su admirada
Marylin.
La última serie que se puede
contemplar en la galería de Conde Salvatierra es un grupo de cuatro bodegones
deliciosos donde la tradición pictórica de la naturaleza muerta se contemporiza
por ese hábil uso del lenguaje figurativo y abstracto que el pintor emplea a
placer. Las masas arquitectónicas de las dos primeras series obligan al artista
a retomar la pintura figurativa sobre la conquista de la mancha. La fuerza de
la obra de Javier Aoiz Orduna radica en su sentido orgánico, en su profundo
estudio del color y en la serenidad que transmite el conjunto.
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