El pasado marzo, vecinos de Llíria denunciaron deficiencias en el mantenimiento de la depuradora de la Vall de Llíria, que está vertiendo aguas fecales en los alrededores de la urbanización, llegando hasta estancarse incluso en la otra parte de la CV-25.
El mantenimiento de la depuradora, “a cargo de los vecinos de la urbanización” según Mazzolari, es gestionado por el Ayuntamiento desde Febrero de 2010. La edil indicó ayer ser conocedora desde hace meses de la problemática de la depuradora pero que no han “dado con el problema”, aunque “es posible que sea debido a una fuga de agua potable aguas arriba”.
La situación lleva meses incomodando a los propietarios tanto de la urbanización Vall de Llíria como a los de la vecina Edeta y a todos los usuarios del carril bici que bordea la CV-25 pues éste está rodeado de charcos malolientes.
El Administrador de la Comunidad de vecinos, ha presentado varias denuncias en el Ayuntamiento, pero ante la falta de respuesta eficiente del Ayuntamiento, vecinos de la urbanización, que quieren quedar en el anonimato para evitar represalias, han hecho llegar a representantes de Move una petición para tratar de lograr que su dinero sea gestionado correctamente. Parece evidente que la gestión del gasto de mantenimiento de la depuradora, cuyo importe total no ha sido confirmado todavía por el Ayuntamiento, no es de las mejores.
La presión sufrida por los vecinos de la urbanización es intolerable. La reacción de la Concejala de Urbanismo, ante las constantes denuncias de los propietarios, ha derivado en una agresiva carta dirigida a los vecinos, sin ningún fundamento legal. La carta enviada el 13 marzo por Mazzolari, es una clara amenaza y una mentira emitida con membrete de la Administración Pública, sin número de registro de salida. En lugar de tratar de buscar una solución conjunta con los propietarios, Remedios Mazzolari opta por intimidar a los vecinos con sancionarles “si se comprueba que el vertido del agua de las piscinas se realiza a la red de alcantarillado o pluviales”.
Consultados los Técnicos Municipales, éstos han confirmado que no existe ninguna normativa ni ninguna ordenanza municipal que regule el vaciado de piscinas. Por tanto, tampoco existe la posibilidad de sancionar. Parece que la Sra Mazzolari ha echado un farol más a la interminable lista de mentiras que difunde en nombre de la Administración local.
El abuso de poder de la concejala fue rematado en el pleno de ayer cuando públicamente indicó el nombre de la vecina de Edeta que había contactado con el Seprona para denunciar el estado de la depuradora indicando que se “había hecho un flaco favor a los vecinos de Vall de Llíria que se iban a ver sancionados”. Mazzolari lleva meses queriendo hacer pagar a los vecinos de Vall de Llíria por su propia mala gestión y ahora, tergiversa la realidad echando la culpa a MOVE… El objetivo de Mazzolari no es otro que coaccionar a los vecinos y generar animadversión entre conciudadanos.
Desde el Movimiento Vecinal, se lanza un mensaje tranquilizador: “seguiremos luchando por la transparencia en el gasto público y el sentido común en la gestión municipal. Solicitamos a los vecinos de Llíria que mantengan la calma y no se dejen llevar por la crispación generada por el Gobierno Popular en la figura de su Concejala de Urbanismo”.
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