Anoche la serie
musical de Antena 3 protagonizada por María Castro marcó mínimo histórico de
audiencia con la emisión del 6º capítulo de su 2ª temporada de esta producción de
Doble Filo. La serie marcó un escueto 11,7% de cuota de pantalla con un total
de 1.731.000 espectadores, casi dos puntos menos que la media diaria de la
cadena y siendo uno de los programas de Antena 3 durante la jornada del martes
con menos share, y todo ello pese a emitirse en horario de máxima audiencia.
Respecto a su tímida vuelta, el pasado 2 de septiembre, la serie se ha dejado
en poco más de un mes por el camino más de 400.000 espectadores.
No lo tenía
fácil esta serie, la más barata que se emite en la televisión en España. Pero
tampoco difícil. Su primera temporada, formada por 15 capítulos se emitió
durante el otoño del 2013 y pese a que arrancó por encima de los 3 millones y
descendió pronto a los 2,5 millones, conservó una audiencia bastante digna del
15,3% de share, el liderazgo de la noche de los martes y una tendencia al alza
en los últimos capítulos. Con unas más que buenas opiniones por parte de la
crítica especializada, Vivo Cantando logró la renovación y fue catalogada como
una de las sorpresas de la temporada.
En su vuelta,
Telecinco decidió enfrentar su miniserie Hermanos a la serie familiar de Antena
3 ambientada en el karaoke La Bamba, y resultó vencedora de la partida, aunque
no por ello con grandes datos. Hermanos promedia solo unos puntos más de
audiencia y tiene peores críticas, lo que le basta con ser TT todas las noches
pero también un trío juvenil que ha conseguido arañar ese espectro de audiencia
joven que, el año pasado, hizo triunfar a la Trini & compañía. Pero no solo
el tirón de éstos han sido los culpables de las bajas audiencia de Vivo
Cantando con 1,3 millones de espectadores menos -casi la mitad de la audiencia-
que en su estreno, si no las horas intempestivas en las que Antena 3 ha
decidido ofrecer la serie. Una serie familiar con un potencial público infantil
y juvenil pero que empieza casi a las 23h de la noche, franja horaria que en
los 90 sería considerada ya prácticamente late-night. Pero ni emitirse en las
madrugadas y sin apenas anuncios, Vivo Cantando ha logrado subir su audiencia,
al contrario. La audiencia le ha dado la espalda y cada semana la tendencia se
agravia.
No solo Antena 3
tiene la culpa en relegar esta serie a una hora tan tardía, aunque la cadena
lleva una temporada larga ya maltratando a los aficionados a sus series: Arrow
o La Cúpula, por solo citar algunos ejemplos, fueron también emplazadas a altas
horas de la madrugada, toda una falta de respeto hacia los fans de estas
producciones. Todo apunta a que Antena 3 no renovará a Vivo Cantando por una 3ª
temporada cuando finalice la actual, previsiblemente el próximo 29 de octubre.
La producción también ha tenido algunos puntos que no han conseguido atrapar a
la audiencia. La serie tiene alma y es como aseguraba la cadena en su
presentación “el Rayo Vallecano de las series” con sus poco más de 200.000
euros por capítulo -hasta tres veces menos de lo que cuesta un capítulo de
Velvet-, pero la historia durante esta temporada ha resultado floja. Dicen que
queda lo mejor, pero en los capítulos emitidos, Vivo Cantando ha resultado
incluso sosa con algunos números musicales que han dejado bastante que desear. La
serie se ha vuelto más lenta que en la primera temporada, lo que ha provocado
el tedio en el espectador, y las nuevas incorporaciones (la abogada, el policía
cachas y la madre del propietario del karaoke) no han seducido, siendo sus
personas incluso forzados en algunas escenas e incluso con actuaciones poco
naturales. Vivo Cantando ha perdido la frescura y el efecto sorpresa de su
primera temporada y solo la trama de Asun (Esperanza Elipe) ha resultado la más
atractiva que, sin embargo, los guionistas no han sabido aprovechar. La serie
ha llegado a aburrir en esta temporada y el público lo ha notado también, que
ha decidido no esperar hasta las once de la noche de un día laboral para ver
una serie que, pese a su presupuesto, podía haber sido mucho más redonda. Le
falta chispa.
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