Héctor González. EPDA Fran Raga vive dos semanas de auténtico frenesí. Este veinteañero compagina estudios, trabajo y campaña electoral. Ha asumido el reto de coordinar la de Unión, Progreso y Democracia (UPyD) a nivel regional. En apenas medio año ha pasado de optar a ejercer de concejal de Massanassa a intentar que su formación reedite el escaño al Congreso que obtuvo en 2011 por Valencia.
Quizás lo tenga algo más sencillo, aunque no mucho si nos atenemos a las encuestas, un convecino suyo de comarca. Me refiero a Ciprià Ciscar, exalcalde de Picanya y número cuatro en la candidatura del PSOE por la circunscripción de Valencia a la denominada Cámara Baja. Peor, sin duda, se presenta el envite para la directora de instituto de Torrent Conxa Querol, también número cuatro al mismo órgano legislativo, en este caso por EU Unión Popular.
La comarca se viste de etiqueta para afrontar la cita electoral de este domingo. Sí, tiene rango nacional. No obstante, implica plenamente a algunos vecinos de l´Horta Sud como los antes citados. O como el portavoz del Partido Popular en Mislata, Jaime López Bronchud, que ocupa el octavo lugar de su formación en la candidatura al Congreso. Más relegado, aunque no por ello deja de andar sumido en campaña, se sitúa otro exalcalde, en este caso de Paiporta. Vicente Ibor aparece inscrito como suplente en la misma papeleta que Bronchud.
Pilar Martínez Cocera, militante de Ciudadanos en Benetússer, opta a senadora por el partido que lidera Albert Rivera. Experta en comunicación digital y responsable en esta faceta de su grupo a nivel autonómico, participa en un intenso carrusel de actos electorales. Como el profesor universitario de Silla Juan Carlos Pérez, suplente de candidato, igualmente a la Cámara Alta, por Compromís-Podemos-És el moment. O al igual que el arquitecto de Alaquàs Rafa Medina, número dos al Congreso por Som Valencians.
Les une la intensidad con la que viven estas semanas y la emoción o la incertidumbre –según la perspectiva con la que se mire- del carácter imprevisible de estos comicios. Nada está predefinido. Ellos y otros que pueblan las listas electorales pueden soñar y aspirar a que su sueño –personal o colectivo- se convierta en realidad.
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