Juan Guillén, concejal de Iniciativa Porteña en el Ayuntamiento de Sagunto. EPDA
La
actitud del alcalde de Sagunto respecto a la UNED es de auténtico
escándalo y produce vergüenza ajena. Parecía que la incertidumbre
sobre la continuidad de la enseñanza universitaria en este municipio
se había superado, pero resulta que a día de hoy la UNED no tiene
confirmación del pago que debe realizar el ayuntamiento.
Y
lo que es peor, dicho retraso no se debe a cuestiones burocráticas,
sino a la postura del alcalde Francesc Fernández que hace oídos
sordos al acuerdo plenario que dictaminó el pago de las cantidades
adeudadas a la UNED, y además hace apenas unas horas declaraba que
no se va a realizar dicho pago, amparándose para ello en un informe
en contra de la vice-interventora, que dice que la subvención
municipal no es compatible con la Ley de racionalización y
sostenibilidad de las Administraciones Públicas.
A
este respecto habrá que aclararle al señor Fernández (aunque él
lo sabe de sobra) que cuando le interesa, hace caso omiso a estos
informes en contra del interventor. Sin ir más lejos, el último
plan de empleo municipal, que se ha llevado adelante a pesar de
existir informe negativo.
Y
habrá que aclararle al señor alcalde que con fecha 15 de diciembre
de 2014 tuvo entrada en el registro municipal un informe de dos
catedráticos de derecho administrativo que consideraba legal la
contribución municipal para el mantenimiento de la extensión
universitaria.
Y
qué decir de la prórroga de tres años que la propia Ley de
sostenibilidad establece para casos como el de la UNED, para que las
distintas administraciones y Entes de Derecho público se puedan ir
adaptando a la nueva Ley.
También
habrá que recordarle que la circular de la Generalitat Valenciana de
fecha 18 de junio de 2014, sobre la aplicación de la Ley de
sostenibilidad, dice textualmente que no afecta a los servicios
prestados o subvencionados por los ayuntamientos, en especial en
materia educativa, siempre que no exista duplicidad de prestación
con otras administraciones, y cuando el aporte económico no ponga
en riesgo la estabilidad financiera de los ayuntamientos. Extremos
que se cumplen en nuestro caso.
Además
el aporte económico que se solicita no supone un aumento respecto al
aportado años anteriores. La ley de Sostenibilidad dice que no
deberán sufragarse, en el caso de la UNED, los gastos ocasionados
por la matriculación de nuevos alumnos desde la fecha de publicación
de dicha Ley, pero es que estos nuevos alumnos no han supuesto una
mayor contibución económica por parte del ayuntamiento. En buena
lid el aumento del gasto por el mayor númeo de alumnos ha sido
sufragado por la propia Universidad.
Y
qué me dicen de ciudades de nuestro entorno que tienen UNED, como
Gandía, Valencia, Xátiva, Onteniente. ¿ Cómo es que allí sí que
se puede legalmente y aquí no?
Pero
para saber de qué estamos hablando y lo que significa la UNED
aportaré algunos datos:
La
UNED cuenta con más de 260.000 alumnos repartidos en todo el
territorio nacional y en ciudades como, París, Berlín, Sao Paulo,
Lima, Londres, Berna, Caracas, Buenos Aires, Malabo, Bruselas, México
DF, etc etc... Imparte 27 títulos universitarios y 49 másters.
Dispone de 1500 docentes e investigadores y 7000 profesores tutores.
Realiza una importantísima labor social con 1200 estudiantes en
centros penitenciarios, 4700 estudiantes con discapacidad, realiza
cursos de acceso a la Universidad para mayores...
Defender
la UNED es defender la enseñanza universitaria pública y de calidad
al alcance de todos. En este municipio por ejemplo se pueden cursar
los siguientes estudios: Derecho, Psicología, Ingeniería
informática, ADE, Educación social, Filosofía, Geografía e
Historia. Para un total de unos 250 alumnos matriculados...
Todo
esto es lo que tenemos aquí, al alcance de todos, y que ahora mismo
se puede ir al garete porque el señor alcalde se niega a aportar
una subvención de 80.000 euros, que por cierto es lo que está
firmado en el convenio entre ayuntamiento y UNED, y que además se
aprobó como decía antes en el pleno.
Esperemos
que recapacite.
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