Carlos GIl, alcalde de Benavites. EPDA Hace poco más de una semana, el PPCV celebraba su Congreso Regional, donde además de elegir para la continuidad en el cargo de presidenta a Isabel Bonig, se marcaban las directrices del nuevo proyecto, conscientes de que un Partido unido es un Partido fuerte con el que afrontar el reto electoral de 2019.
Pero bastaron tres días para que las aguas volviesen a agitarse con la presentación de una lista alternativa a Vicente Betoret para disputar la presidencia provincial. Vaya por delante que no me parece mal que haya pluralidad de pensamiento y que las diferentes corrientes que se aúnan en un gran partido, como es el Partido Popular, busquen su inclusión en la dirección del próximo periodo. Es lógico, y es bueno, pero sería muy recomendable que supiésemos articularlo en torno a un gran proyecto común y no, otra vez, en base a la confrontación de compañeros de partido.
Es difícil encontrar un gran grupo que crezca trabajando tots a una veu. En la mayoría de ocasiones, es la afluencia de corrientes de opinión divergentes la que hace grande un proyecto común. Pero solo se puede crecer desde la unión en la diversidad y nunca desde la confrontación de personas, supongo que debería de decir de equipos, a la búsqueda incansable del voto indefinido.
Llama la atención, en este caso, ver como el Grupo Popular en la Diputación se posiciona contra el actual presidente al grito de falta de lealtad. La lealtad solo es lealtad cuando es recíproca y habría que recordar, a quien interese, que su designación para el cargo se produjo, precisamente, desde la presidencia provincial, contra la que entonces no pusieron ningún reparo.
No volvamos a caer en errores del pasado. Demostremos que somos demócratas, pero, sobre todo, demostremos que somos inteligentes y capaces de aunar un proyecto conjunto de crecimiento y desarrollo de un Partido cuyo único objetivo es seguir trabajando por Valencia y los valencianos. A ver si esta vez impera un poco más la cordura y un poco menos la ambición, que ese jarabe ya lo hemos probado y acabó como acabó.
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