Una imagen del programa, Samanta con su pareja - Foto: adslzone.tv No hay diferencia entre
vender una exclusiva cobrando miles de euros, posando en la revista Hola, y lo que hizo anoche Samanta Villar con el estreno de su nuevo
programa en Cuatro. Los puritanos
del periodismo rosa defenderían incluso que ahora Samanta Villar ha entrado a
bocajarro en el mercadeo de su vida privada. Y no me extraña. Lo de ayer fue un
programa tan innecesario como incluso peligroso para la propia ego-periodista.
¿A quién le puede interesar seguir el embarazo de esta chica semana a semana?
9 meses no inventa nada. Hemos podido ver en innumerables documentales de La Dos (me viene a la mente alguno que
otro en Documentos TV) y en factuals
de las cadenas de la TDT, formatos
similares. Mujeres que no consiguen quedarse embarazadas, recurren a los
avances científicos y, con la cámara enfocándoles todo el día, van narrando
capítulo a capítulo las emociones, alegrías y los sinsabores que tiene un
embarazo. Nada nuevo bajo el sol.
El nuevo programa de la
noche de los miércoles tiene, de nuevo, a Villar como absoluta protagonista. Un
paso más allá desde que dejará 21 Días,
el formato que le dio a conocer y que nunca debió dejar (Conexión Samanta pasó sin pena ni gloria por la parrilla
televisiva). Y de nuevo tiene a Samanta como la pieza central del programa.
Ella encantada. El ego periodismo triunfa. Lo malo de todo esto es pensar dónde
está el límite. Pero a Samanta le da igual, ella vuelve a ser la reina de un
formato y con eso le sobra.
En una entrevista previa al
estreno de su nuevo programa comentó que decidía mostrar el parto “porque me parecía una traición no estar a
la altura de mis personajes". Mal empezamos. Por muy raros que nos
puedan parecer esos “personajes” de los
que has hablado en tu programa, describirlos como personajes denota una falta
de humildad por tu parte, Samanta. Ahora tú eres uno más de ellos.
Para disimular el
egocentrismo de la reportera, en 9 meses se intercalan las historias de otras
parejas que también están intentando ser madres. ¡No todo va a ser Samanta,
Samanta, Samanta! ¿no? aunque ella estaría encantada, todo hay que decirlo. En
el programa Villar nos enseña sus legañas, bosteza, llora, se emociona, se
sorprende… controla la cámara a la perfección… y cobra por vender su embarazo.
Las cosas como son. Como si posaras en la revista Hola.
9 meses no es un programa
revolucionario ni novedoso como nos han querido vender. 9 meses ya se ha
emitido muchas veces. Solo que ahora son las ganas de la periodista y sus
ansias de ser el centro de la noticia, las verdaderas protagonistas. Su bebé
nacerá con un sueldo bajo del brazo. Así no Samanta, los embarazos es mejor
vivirlos en la esfera privada. ¿No crees?
No convertirlo en un programa de TV.
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