Francisco Adán y Albert Llueca. Francisco
Adán
Justo
ahora que somos patrimonio de la humanidad, nos da por hacer esa
falla postmodernista en la plaza del ayuntamiento de Valencia. Una
especie de falla de arte moderno (sólo para entendidos) que, bajo mi
punto de vista, nos aleja de lo que debe ser una falla: una obra
plástica y satírica que sirva para criticar los males de nuestra
sociedad mediante la sorna, la mofa y la caricatura.
Pero
en la falla del ayuntamiento hemos puesto un conjunto de maderas en
forma de ¿cohete? más propia de una exposición del Guggenheim que
para la plaza del consistorio de la capital del Turia.
Y
es que no hemos acertado. El otro día, una persona muy cercana a mí
me decía que, en la nit del foc, nunca había visto tanta gente y
tan joven,tan borracha ni tanta densidad de peleas por metro
cuadrado. Quizá la imagen es demasiado apocalíptica, o quizá sea
una descripción exacta de lo que vio, pero, también es cierto que
el efecto llamada de las fallas ha hecho que acabe oyéndose más las
críticas al pequeño y temporal “Magaluf” que se monta en
Valencia que el hecho cultural e identitario.
Particularmente
me gusta o me gustaría aprovechar para viajar en fallas, pero si me
quedo, no me disgusta pasarme por los monumentos falleros y por la
noche, pasarme por algún casal de algún amigo/conocido que, por
suerte, son muchos. Y lo paso bien.
Pero
las fallas a parte de la fiesta (que ha de haberla) y de cultura es,
también, economía. ¿qué impacto económico tiene o ha tenido las
fallas en Valencia? Parece una pregunta más que pertinente; nos
permitiría saber en qué sector hay que hacer más hincapié,
invertir o mejorar. Nos ayudaría a saber las necesidades del turista
y, además, sería una herramienta para el comerciante y hostelero,
para saber en qué ha de mejorar su servicio, pues resulta que,
parece ser que no existe tal estudio económico. Es para hacérnoslo
mirar.
Albert
Llueca
Ahir
tenint una reunió amb els cures del Salvador, Jose Miguel Peris, i
el de Santa Maria, Dubiel, entre d’altres, em va vindre al cap una
noticia que havia llegit durant el matí, “encara hi han
aglomeracions per vore a la Verge en la Plaça de l’Ofrena”, açò
em ve de pels per parlar d’allò oblidat en la festa fallera la
reminiscència religiosa en la mateixa i com d’un acte religiós
s’ha convertit en un acte purament capitalista.
Per
altra banda és interessant que des de fa uns anys Sant Josep també
està a la plaça ja que les falles son en honor seu, o no?
L’aglomeració
de gent, que deia la noticia, és la mateixa que comentava Pere
Fuset, regidor de falles de València, en la roda de premsa on
explicava que han sigut unes falles multitudinàries encara que la
patronal de l’hosteleria és queixe que no han arribat als marges
de benefici que ells esperaven. Ací Jesús tiraria als mercaders o
bunyolers del temple segur!
Però
com no plou a gust a Pilar Soriano, regidora de neteja de València,
també li ha caigut que la ciutat no estava neta a les 2:13h del 20
de març...
Deixant
de banda tot açò ara és el moment de fer un balanç econòmic de
com han anat aquestes dues setmanes de falles, si dues des de la
primera mascletà, i vore com pot afectar ser Patrimoni de la
Humanitat, tant a València com als demés pobles en falles. A Sagunt
ho heu notat?
Comparte la noticia
Categorías de la noticia