Autoridades y familiares durante el acto de homenaje. El
Ayuntamiento de Sagunto ha colocado unas placas conmemorativas en la Glorieta a
modo de homenaje a la memoria de Ramón
Agustí, Juan Bautista Barberà, Francisco García y Andrés Villaplana Rius,
cuatro saguntinos encarcelados y asesinados en el campo de concentración de
Mauthausen durante la II Guerra Mundial. Al acto han asistido el teniente de
Alcalde, Pepe Gil, y la diputada autonómica, Teresa García, quienes han
dirigido unas palabras a los asistentes, así como miembros del Equipo de
Gobierno y de las familias de dos de los deportados. Una familiar de uno de ellos
también ha querido dedicar unas palabras en su memoria, a las que le han
seguido los versos del poeta local Juan Picazo.
El teniente de
Alcalde, Pepe Gil, ha reconocido que este recuerdo que se hace con el homenaje
a los cuatro saguntinos “es un gran
honor que nace de la dignidad humana y la lucha más noble por la libertad”
y ha recalcado que este recuerdo “tiene
que servir para que estos atentados contra las libertades y las vidas humanas
no vuelvan a repetirse nunca más en la historia de la humanidad”.
Los investigadores Manuel
Palomar, Lara Cardona y Nel·lo Navarro han sido los encargados de la búsqueda y
documentación de estos hechos que hoy se han reconocido en Sagunto. Cardona y
Navarro han llevado a cabo una charla en el Salón de Plenos tras el
descubrimiento de las placas. Una vez ha acabado la charla, los visitantes han
procedido a visitar la exposición Exili a
la mort. Saguntins deportats als camps d’extermini nazi, una muestra
gráfica instalada en la planta baja del consistorio sobre la historia de la
deportación. La exposición se podrá
visitar del 23 de octubre al 12 de noviembre en la planta baja del Centro
Cultural Mario Monreal. Posteriormente, pueden pedirla al Ayuntamiento de
Sagunto los centros educativos y las entidades municipales que tengan el gusto
de exponerla.
La caída de Cataluña en febrero
de 1939 provocó un alud de refugiados que huían de las tropas franquistas y se
dirigían hacia Francia. Los pasos fronterizos estaban colapsados, más de medio
millón de personas, tanto civiles como militares, querían desesperadamente
pasar al país vecino. Entre todos estos se encontraban los saguntinos Ramón
Agustí, Juan Bautista Barberà, Francisco García y Andrés Villaplana; los
cuatro, militares del derrotado Ejército Popular de la II República Española.
El destino de los cuatro saguntinos
los trajo a los campos de concentración franceses de donde, después de pasar
hambre y penalidades, consiguieron salir alistándose a la Legión Francesa y a
las Compañías de Trabajadores Extranjeros del ejército francés. Los cuatro
fueron destinados a la línea defensiva Maginot, que protegía la frontera
francesa con Alemania.
Francia declaró la guerra a
Alemania en septiembre de 1939 y, después de nueve meses de hostilidades, en
junio de 1940, se rindió al ejército alemán. Los militares franceses y los
extranjeros que se encontraban encuadrados en el ejército francés fueron
capturados y encarcelados en los stalags
y frontstalags, campos de prisioneros
militares.
Pero la suerte de los españoles
prisioneros en estos campos empeoró drásticamente cuando en septiembre de 1940
el ministro de asuntos extranjeros franquista, Ramón Serrano Suñer, visitó
Alemania y se entrevistó con Hitler. En el transcurso de la entrevista, Serrano
Suñer se desentendió de los españoles prisioneros, negándoles la nacionalidad,
motivo por el cual fueron trasladados en calidad de apátridas a los campos de
exterminio y concentración.
Ramón Agustí Hervàs, Juan
Bautista Barberà Solà, Francisco García Aucejo y Andrés Villaplana Rius
acabaron internados en el campo de Mauthausen. Allí, en medio del revuelo de la
barbarie nazi del III Reich, los cuatro encontraron la muerte entre los años
1941 y 1943 y nunca pudieron volver a Sagunto con sus familias.
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