Presentadora y jurado de Cuéntame. Fuente: Telecinco Por Sergio Delgado
Que T5 opta por una programación económica en su day time eso es de todos sabido. Que solo se guarda las grandes inversiones para potentes producciones nocturnas como El Príncipe, La Voz y, aunque no lo parezca, Gran Hermano también. Y que en su línea editorial, la cultura y el aprendizaje de nuevos conocimientos (quitando Pasapalabra) no tienen cabida, por supuesto, que también. Hablando de cotilleos en El programa de Ana Rosa por las mañanas y hablando de cotilleos por la tarde con Sálvame, pasan alrededor de 8 horas al día, o lo que es lo mismo la mitad de su programación. La audiencia, con una media cercana al 20% de share entre ambos programas, responde. Y aunque el TC, o sea el target comercial más apreciado por los anunciantes, prefiere Antena 3 por su programación, la de T5 tiene más audiencia, sobre todo en las clases más bajas, las que más ven la televisión.
Explicando esto, podemos entender la buena aceptación que está teniendo el programa de cambio de imagen Cámbiame. El nuevo programa de La Fábrica de la tele ha empezado, aunque sin brillar, con relativamente buen pie en el acces sobremesa de la cadena. T5 tiene los mejores programadores -en Antena 3 se duermen bastante- y decidieron programar este nuevo espacio detrás de Mujeres y Hombres y Viceversa, ese programa presentado por la sienta-escaleras de Emma García y criticado hasta la saciedad, incluso por alguna que otra asociación -en España, asociaciones nos sobran-, por fomentar aspectos como la superficialidad y la vulgaridad. Es un programa de citas entre gente narcisista que, aunque a veces se sitúa por debajo de la media de la cadena, es uno de los espacios líderes de audiencia social en Twitter y de ahí que ya lleve cinco años en antena.
Cámbiame quiere heredar a los espectadores de Mujeres y Hombres. Espectadores hartos de las tertulias políticas a esas horas, sin interés por lo que éstas cuentan, ni quieren saber nada de la ruleta de A3. El paro juvenil es muy alto en España, desgraciadamente, y explica en buena medida el número de espectadores de esta franja de edad que a esa hora ven la televisión (obviamente no todos son iguales a esas edades). Cámbiame no hubiera pasado de su primera semana si no hubiera tenido dos alicientes. Marta Torné brilla como presentadora -aunque la prefiero como actriz- y la jurado Cristina Rodríguez se ha convertido en la jueza estrella del programa -siempre hay un juez en todo programa con jueces de éstos, que destaca-. La estilista y ganadora de algún que otro Goya de la Academia ya demostró en su paso por el mítico programa Supermodelo en los inicios de Cuatro que lo suyo eran las cámaras. Y aquí si no fuera por ella, el programa resultaría aburridísimo.
Porque Cámbiame no es nada del otro mundo. Tampoco el programa en si tiene más pretensiones. Se trata de un programa de cambio de imagen con gente que se ve fea o que, para salir en la tele, se pone sus peores pintas para que la cadena le arregle un poco. No hay más. Incluyen, por aquello de hacerlo más interesante a la par que corporativo, un jurado de tres personas con pulsadores estilo “La Voz”. ¿Os acordáis de aquel programa “El Patito Feo” de Ana Obregón que se emitía en las noches de Antena 3 hace años? Seguramente no. ¿O de los muchos programas de cambio de imagen americanos y canadienses emitidos en algunos canales de la TDT? Pues más de lo bien. Solo que con una pasarle automática donde el participante debe defender que necesita un cambio de imagen.
Cámbiame es un programa totalmente prescindible en nuestra televisión, pero los hay tantos… tampoco molesta. Y se ciñe perfectamente al espectador que ve T5 a esas horas más preocupado por vanalidades y tonterías que por otras cuestiones. De momento ha aupado varios puntos la media de la cadena a esas horas, lo cual para T5 ya es un triunfo. Que se mantenga o que suba en esa, una franja maldita, todo dependerá del tiempo.
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