Rosa Pérez Garijo, regidora de Cultura Ayuntamiento Catarroja. //EPDA
Cien
días son al mismo tiempo pocos y muchos para un nuevo gobierno. Lo
repetí muchas veces mientras estaba en la oposición: “nosotros no
nos presentamos a las elecciones para perseguir delincuentes, nos
presentamos para gobernar”, y finalmente los votantes nos han dado
esa oportunidad, la posibilidad de llevar adelante todas esas
propuestas elaboradas y estudiadas entre muchísimos compañeros y
compañeras y aprobadas en asambleas abiertas con la ilusión de
mejorar las condiciones de vida de la ciudadanía. Pero no éramos
tan inocentes como para ignorar los muros con que nos íbamos a
encontrar, máxime cuando llevamos criticando la Ley de la reforma de
la Administración Local desde su aprobación por el PP. Una Ley
diseñada para limitar todo lo posible y hasta lo imposible las
competencias de los Ayuntamientos. Porque nuestros vecinos no
entienden de competencias, entienden de necesidades, especialmente
las más inmediatas y vitales que adquieren una importancia aún más
clave en etapas de crisis. Y es necesario que las competencias –y
sobre todo la financiación para cubrirlas— estén en la
Administración más cercana a la ciudadanía: su Ayuntamiento.
La
falta de financiación evidentemente es un límite, pero además la
privatización de servicios y sobre todo la prohibición de contratar
no son impedimentos menores. Podríamos decir que el Partido Popular
ha intentado salir de muchos ayuntamientos dejándolo “todo atado y
bien atado”, con privatizaciones hechas para varias décadas,
puestos de trabajo públicos amortizados e impidiendo realizar
contrataciones para garantizar la mayor salida posible de dinero
público hacia empresas privadas. Ante esa realidad nosotros hemos
llegado con mucha ilusión y muchas ganas de cambiar las políticas y
nos hemos encontrado una financiación insuficiente, los servicios
colapsados de trabajo por falta de personal y servicios prestados por
empresas privadas que no cumplen ni de lejos con la expectativa que
tenemos sobre cómo debe funcionar un servicio público.
Todos
estos problemas heredados son y serán piedras en el camino, pero el
camino se demuestra andando y ya lo estamos haciendo. Estamos
aquí para cambiar las cosas y desataremos todos los nudos que la
derecha nos dejó en el camino. Vamos
caminando hacía el objetivo de pintar de color lo que antes era en
blanco y negro, pese a las diferentes trabas vamos a cambiar las
políticas y esperamos que en un futuro cercano las políticas
estatales vayan en la línea de lo que siempre hemos defendido, más
competencias municipales, mayor financiación y posibilidad de poder
volver contratar para poder atender las necesidades de la ciudadanía
con la dignidad que se merece.
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