Sagunto ha demostrado que es posiblemente la ciudad más compleja de la Comunitat Valenciana, por culpa o gracias a las diferencias entre sus dos grandes núcleos de población. Una vez más, Bloc y Segregación Porteña se han retroalimentado, obteniendo resultados extraordinarios, en el primer caso, y buenos, en el segundo. El Partido Popular, que en cualquier otra ciudad habría arrasado, en ésta se ha tenido que conformar con una victoria exigua, y muy amarga por las expectativas creadas y no cumplidas. Ni es culpa de su candidato, uno de los políticos más brillantes del panorama valenciano -pese a sus defectos-, ni de la candidatura; Sagunto es así.
Los populares han pagado en el núcleo histórico el pacto con Segregación Porteña. Dos años que han servido para garantizar la gobernabilidad y que han permitido gestionar proyectos en ambos núcleos, sin ceder un ápice en la esencia de SP: la segregación del núcleo porteño. Pero cuando entran en juego sentimientos, sobran las razones. Y así lleva la ciudad buena parte de la democracia. Si en 2003 SP obtenía 3 concejales, tras el tripartito formado por socialistas, Bloc y EU y la manía por meter el dedo en la llaga de la simbología, los segregacionistas alcanzaban 6, los mismos que el PSPV, mientras que Bloc y EU se conformaban con dos cada uno. Cuatro años después, el pacto PP-SP dispara en el núcleo histórico a los nacionalistas y deja a SP con dos ediles menos. La historia se repite, pero a la inversa.
En medio de esta batalla que impide que Sagunto ocupe el puesto que se merece en el mapa valenciano, los populares aspiraban a obtener una mayoría suficiente para no depender de unos u otros y evitar esa retroalimentación electoral. Pero no lo ha conseguido. Nueve concejales, los mismos que en 2007, les otorga el privilegio de formar gobierno, pero es una victoria amarga, muy amarga.
Los socialistas, por su parte, han logrado el peor resultado de su historia, con cinco concejales, uno menos que logró Gloria Calero, pero no es un mal resultado, dadas las circunstancias. Calero conseguía 6 después de ostentar 4 años la vara de mando; Chover ha recabado 5 después de una legislatura convulsa y la expulsión, semanas antes de las elecciones, de Manolo Carbó, lo que ha motivado una campaña en contra de sus acólitos. Esta circunstancia, unida a la bofetada que los electores le han dado a Zapatero en la cara de sus candidatos autonómicos y locales, permite hablar de un resultado más que digno para Chover y el PSPV de Sagunto. Comparativamente con otras localidades, además, en Sagunto el PSPV no se ha hundido. Chover, por tanto, ha pasado con dignidad la prueba.
Segregación Porteña ha perdido dos concejales de los seis que tenía. Manolo González y muchos de SP se habían creído encuestas cocinadas para satisfacer otros intereses, de ahí que los 4 ediles les puedan saber a poco. Han retrocedido, pero creo que es un resultado más que digno dadas las circunstancias; SP, un partido cuya bandera era conseguir la segregación, que pacta con el PP y se sale del equipo de gobierno, ha desdibujado su esencia y ha confundido a parte de su electorado. El apoyo explícito de algún medio ha pesado menos que la oposición de algún otro. Y si no fuera porque han hecho una buena campaña y el previsible crecimiento del Bloc ha motivado a sus bases, podrían haber perdido incluso un edil más.
Esquerra Unida, con 3 ediles, uno más que en 2007, ha capitalizado el voto de los indignados de Puerto de Sagunto, con un candidato, Fernando López-Egea cuyo discurso no varía demasiado con las propuestas del Movimiento del 15-M. Buen resultado para la coalición de izquierdas.
Y, la pregunta del millón es: ¿ahora qué? El PP va a intentar alcanzar un acuerdo con los socialistas para no depender ni del Bloc ni de SP, puesto que el minoritario que gobierna hoy, le da alas electorales al adversario mañana. Éste es el pan nuestro de cada cuatro años y me temo que seguirá siéndolo. Y, por tanto, ante el previsible fracaso de esta opción de Estado -dada la poca altura de miras general-, el PP tiene ante sí una complicadísima tarea. ¿Qué es mejor para la ciudad, un acuerdo con el Bloc o con SP? La respuesta tendrá consecuencias en las elecciones municipales del 2015. Y vuelta a empezar.
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