El primer edil en funciones y electo de Benavites. EPDA Carlos Gil ha conseguido
revalidar la alcaldía del Ayuntamiento de Benavites, convirtiéndose,
junto al alcalde de Segart, en el único candidato del Partido
Popular que ha conseguido la mayoría absoluta en las últimas
elecciones municipales de la comarca. Tiene 45 años, está casado y
con dos hijas y trabaja en el Hospital General de Valencia, como jefe
de Formación y es profesor del Departamento de Economía y Ciencias
Sociales, en la Universitat Politècnica de València. Apasionado de
su familia y de su pueblo, es aficionado a las carreras populares y a
la cocina.
-¿Cómo valora el
resultado electoral?
-A nivel local, hemos obtenido
un buen resultado, avalado por un incremento del porcentaje de votos
recibidos, que nos permite alcanzar la mayoría para los próximos
cuatro años. La valoración es muy buena, pero la aparición de
nuevas fuerzas políticas en el Ayuntamiento de Benavites obliga, pese a la mayoría absoluta, a
replantear la relación entre los distintos grupos políticos. En el
tiempo en que vivimos, los resultados electorales no son lo más
importante. Es necesario cooperar y colaborar para obtener unos
buenos resultados en la gestión, que es lo que esperan nuestros
vecinos.
-¿A qué atribuye que haya
logrado mayoría absoluta?
-Por un lado, creo que ha sido
fundamental haber hecho, durante los pasados cuatro años, una
administración sensata, en las formas y en los recursos. Los vecinos
han valorado que hayamos aplicado el sentido común a la gestión
municipal y que nos hayamos preocupado de dar preferencia a las
verdaderas necesidades del pueblo y del Ayuntamiento. Partíamos de
una situación económica muy grave que hemos podido reconducir hasta
estabilizar las cuentas del Ayuntamiento. Hubo que tomar medidas duras, pero se
explicaron claramente y se han gestionado los recursos de forma
eficiente y efectiva, lo que nos ha permitido salir, en tiempo
récord, de las restricciones del plan de saneamiento al que nos
vimos abocados. Y eso los vecinos lo han entendido. Han entendido que
no podíamos mantener más de 650.000 euros de saldo de facturas
impagadas, que no podíamos tener facturas pendientes de pago por más
de cinco años, que no podíamos arrastrar una mala imagen con nuestros proveedores y que era
necesario actuar, de forma prioritaria en materia económica. Además,
la creación de los consejos vecinales nos ha permitido contar con la
participación ciudadana en la gestión municipal, pudiendo
intercambiar opiniones con los vecinos, acerca de los asuntos que les
preocupan, explicarles cuales eran los condicionantes con que nos
encontrábamos para llevar adelante cada proyecto, contar con su
ayuda para sacar adelante los objetivos comunes y conseguir
que se sientan escuchados desde el Ayuntamiento.
-¿Qué debe hacer el PP
para recuperar el poder perdido?
-Pensar y actuar en
consecuencia. Los resultados en estas elecciones municipales están
muy lejos de poderse considerar buenos. Es necesario hacer un
replanteamiento serio y contundente de cual es nuestro papel como partido con vocación de gobierno. Y la mejor
forma de recuperar el poder perdido es analizar los motivos por los
que se perdió. Hay muchos factores que conforman la causa de este
importante traspiés, pero debemos analizar, especialmente, cuáles
de ellos se generan por causas internas y cuáles podemos resolver
desde una reformulación de nuestros principios y nuestros procesos.
Echar la culpa, en exclusiva, a la crisis o a la imagen dañada de la
marca PP es excluirnos de cualquier responsabilidad
y quedarnos fuera de cualquier propuesta de solución. Debemos
comenzar por sentirnos orgullosos de pertenecer a este partido y
transmitir ese orgullo a quienes han sido alguna vez
nuestros votantes. Esta derrota no ha sido un problema de mala
gestión, sino de una gestión que no era la que los ciudadanos
demandaban. Lo que se ha hecho, se ha hecho bien, pero no se ha
acertado en lo que la ciudadanía pedía en un momento económico y
social tan delicado como este. Debemos darnos cuenta de que hay que
vivir las instituciones con las puertas más abiertas, permeabilizar
la opinión de los ciudadanos en la gestión política y trabajar en la misma línea que nuestros
vecinos demandan.
-Hablemos de futuro. Como
alcalde, ¿próximos retos en Benavites?
-El principal reto es mantener
el clima de dialogo que se ha logrado en la legislatura que ahora
acaba, entre los grupos políticos y que, afortunadamente, se ha
conseguido transmitir a los vecinos. Hemos cerrado la legislatura de
las deudas y ahora toca empezar la legislatura de las personas. Las
ilusiones de los benaviteros deben ser la base de cada una de
nuestras actuaciones. Para eso nos han votado y eso es lo que debemos
hacer. La forma de conseguirlo es seguir modernizando el pueblo, sus
estructuras y sus servicios, y mantener sus tradiciones y la
convivencia entre vecinos. Hemos trabajado día a día, durante
cuatro años, para ello y vamos a seguir haciéndolo así.
-El PP inicia un proceso de
refundación. ¿Usted aspira a ser presidente comarcal dado que es el
único que ha logrado mayoría absoluta en el Camp de Morvedre,
además del pequeño municipio de Segart?
-No acabo de entender muy bien
qué significa ese “proceso de refundación”. Creo que el PP está
fundado sobre una base muy sólida y no necesita refundarse.
Necesita, eso sí, un cambio importante en su forma de hacer las
cosas, pero manteniendo la estructura sólida que nos ha permitido
gobernar durante tantos años en tantas instituciones. En lo que
respecta al Camp de Morvedre, yo siempre he estado a disposición del
partido para todo aquello en lo que se ha querido contar conmigo, y
sigo estando. Es posible que haya llegado el momento de dar un paso
adelante, de aportar estos años de experiencia y participar en
cambiar la personalidad de nuestro partido. Nunca me he puesto metas
en política, pero tampoco me he puesto límites. En cualquier caso,
es momento de reflexionar seria y tranquilamente sobre lo que ha
pasado y sacar conclusiones válidas para recuperar la confianza de los ciudadanos. Solo
después de eso, será el momento de plantearse estas cuestiones.
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