Makoke y Kiko Matamoros, buques insignia de T5 - Foto Vanitatis Hartazgo. Hastío. Y hasta empacho
televisivo. Lo de Telecinco con ciertos personajes de su peculiar universo
llega a rozar la más absoluta sobreexplotación. De tanto en tanto, hay algún
personaje del mundo del corazón al que la cadena de Vasile coloca hasta en la
sopa y el espectador termina identificándolo, de forma natural, a éste con la
cadena de Fuencarral. Vienen a la mente algunos casos sonados en los últimos
años. Lidia Lozano cuando el caso Ylenia Carrisi cubría horas y horas de Telecinco,
bueno como ahora, pero al menos ahora no es ella el foco de atención. Rafa Mora
revolucionó Mujeres, Hombres y Viceversa y la cadena decidió que no debía haber
un magazine o programa del corazón que no contara con él. En su separación de
Rociíto, Antonio David pasó a ser de guardia civil a tertuliano estrella. Y la
lista continua: Alessandro Lequio, Efrén, Carmina Ordoñez… y, cómo no, Belén
Esteban, Rosa Benito o Ylenia, la de Benidorm, como algunos de los casos más
contemporáneos. Ésta última tirando de supuestos romances o affaires con
concursantes de reality (Suso) o pijos con ínfulas de espías nacionales (El
pequeño Nicolás), para poder seguir en el candelero. Y desde hace un tiempo
hasta esta parte, una familia al completo, los Matamoros, con el patriarca Kiko
como principal protagonista.
Kiko Matamoros ya ha
superado a su polémico hermano Coto en antigüedad en los pasillos de la cadena.
Coto lo fue todo en Crónicas Marcianas. Aquel programa que terminó causando
daño hasta a la carrera del propio Sardá, rescatado ahora como tertuliano
político gracias a La Sexta. Desde hace algunos años, es Kiko quien gracias a
Sálvame se ha convertido en una de las estrellas del programa y de la cadena.
Al menos así lo parece, vista la importancia de este personaje en su parrilla.
Ya es el colaborador que más polideluxes se ha hecho en la historia del
programa, que lleva más de un lustro en pantalla. Y pese a que empezó siendo un
secundario bastante prescindible, ahora es uno de los protagonistas de la escaleta
de Sálvame y del Deluxe.
Sus formas rudas e incluso
violentas (verbalmente hablando) con sus compañeros, sus abandonos de plató y
sus gritos, ya forman parte de la vida diaria de esas dos millones de personas
que ven cada tarde el programa. ¿Qué necesidad? Kiko Matamoros ha contado todo
y de todos pero sobre todo casi todo de él.
Toda una celebrity en el
sector de los RRPP de la noche madrileña desde los 80 y 90, Kiko Matamoros
maneja el medio como ningún otro. Y pese a su inexperiencia televisiva (delante
de la cámara, obviamente, ya que ha sido representante de famosos y
famosillos), ha captado enseguida la esencia de Sálvame: hacer de su vida un
circo televisado. A sus 3.471 polígrafos, se les suma sus recurrentes
operaciones de cirugía estética. Total, para terminar peor después y haber
pasado de “madurito interesante” a hermano de Jim Carrey en “La Máscara”. Y por
si los conflictos con sus compañeros no fueran suficientes, parece ser que Kiko
Matamoros ha decidido involucrar, directa o indirectamente, a toda su familia
en el universo Telecinco para seguir haciendo caja y asegurar su silla. La
familia Matamoros es una de las últimas familias que se devoran en los platós
de televisión. ¿Y a nosotros que nos importa la familia Matamoros? Los audímetros
no ofrecen datos de audiencia relevantes para pensar en el afán de la cadena y
de la productora de La Fábrica de la tele por esta familia y, sobretodo, por
Kiko Matamoros. Como sí demuestran cuando otras protagonistas del programa como
La Esteban o La Benito son actualidad por chuminadas varias.
Hace un tiempo entró al
juego su mujer, Makoke, la que muchos ven como la Cruella Devill de esta
historia. Ella repite que lleva 20 años en televisión cuando fue una azafata
poco carismática del Telecupón y de la que nadie se acuerda sino es que lo
repite ella. También entró Diego Matamoros, el hijo de Kiko. Fue “descubierto”
en Supervivientes, donde apenas destacó pero sí que le sirvió para ir ganando
tablas y sobre todo soltarse hablando de lo mal que se lleva con su padre.
Situaciones poco elegantes vividas en las tardes y noches de Sálvame. Y
mientras, padre e hijo haciendo caja. ¿Hasta qué punto es real todo esto?
Y por si fuera poco, el
hartazgo Matamoros llega con la nueva edición de GH VIP, donde los de Zeppelin
en un afán por pensar que puede interesar la historia, meten al hijo de Makoke
y a la hija de Matamoros, o sea a Javier y a Laura, como concursantes. Tan VIPS
que nadie los conoce. Laura que se lleva fatal con Makoke y no puede ver a
Javier, un bien queda dentro de la casa que empieza también a pelearse con su
hermanastra de palo. En el plató, por supuesto, Diego Matamoros defendiendo a
su hermana y atacando a Makoke, que va de digna. En resumen.
La historia se transporta a
las revistas donde copan portadas lanzándose mensajes y peleándose. Y al mismo
portal de la cadena donde tan importante debe ser las peleas de la familia
Matamoros que han llegado a ser la noticia principal de la home en alguna que
otra ocasión. ¿Y a nosotros que nos importa la Familia Matamoros? Sin duda, no nos importa nada pero es lo que
T5 nos coloca con calzador como uno de los temas estrellas de 3 de sus buques
insignias: Sálvame, Deluxe y GHVIP que, curiosamente, ocupan 4 primes times y
20 horas diarias a la semana por la tardes, más lo que se habla de ellos en ese
invento que se llama Cazamariposas.
Una familia que se destruye
en directo por minutos de televisión y dinero. Y que T5 decide ofrecerles una
parte importante de su programación, simplemente, porque hay que retroalimentar
con temas estos programas. Encendemos la tele y de nuevo, alguien de este clan
en pantalla. Y el bostezo continúa….
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