Màxim Huerta en el Corte Inglés, firmando su última novela El ministro de Cultura y Deporte, Màxim Huerta, fue
condenado por el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM), en 2017 por
fraude al fisco al haber facturado a través de una Sociedad Limitada de la que
él era administrador único, sus colaboraciones en el programa de Ana Rosa
Quintana durante los años 2006, 2007 y 2008.
La información, desvelada esta mañana por El Confidencial,
recoge que la inspección de Hacienda concluyó en 2012 que en esos tres años
fiscales habría facturado un total de 798.521 euros por medio de Almaximo
Profesionales de la Imagen SL, sociedad de la que era único accionista y
administrador desde enero de 2006 y que se liquidó a finales de 2016. Facturó
207.920 euros en 2006, 287.095 en 2007 y 303.506 en 2008.
Esta práctica había sido legal hasta la llegada de Montoro
al Ministerio de Hacienda, en 2012, y practicada por buena parte de los
presentadores y artistas colaboradores en medios de comunicación. Pero a partir
de este momento, los criterios del Fisco cambiaron. Hacienda estableció que los
servicios profesionales debían tributarse como IRPF. Es decir, que si Màxim
Huerta estaba contratado por ser Máxim Huerta, debía declarar como IRPF sus
ingresos y no a través de una SL.
La inspección descubrió que el ahora ministro y entonces
presentador –relata El Confidencial- se había deducido como gastos por
actividad artística injustificada hasta un total de 148.702 euros, lo que le
acarreó el pago de una liquidación total de 365.938 euros por los tres ejercicios,
incluidos un recargo del 50% de multa y los intereses de demora. El fraude
original fue de 218.322 euros.
La condena del Tribunal llegó al recurrir Màxim Huerta
la sanción que se le requirió desde Hacienda (otros artistas, tertulianos y
presentadores en su misma situación afrontaron la multa y no fueron
condenados).
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