La película Matei Child Miner de Alexandra Gulea,
Rumanía, Alemania, Francia, 2013. La película Matei Copel Miner/Matei Child Miner (Alexandra Gulea,
Rumanía, Alemania, Francia, 2013), una conmovedora historia sobre las ilusiones y las
desilusiones de la infancia, será la protagonista de la tercera jornada del Festival Internacional
de Cine de Valencia – Cinema Jove, organizado por CulturArts. Cabe destacar de esta película el
contraste del tema que se trata con la belleza fotográfica y narrativa con la que la directora dota
la cinta.
Matei Copel Miner/Matei Child Miner (Rumanía, Alemania, Francia, 2013) supone el debut en
la ficción de la directora de documentales Alexandra Gulea y narra la historia de Matei, un niño
de 11 años que vive con su abuelo en Rumanía porque sus padres han tenido que emigrar a
Italia para trabajar. El niño es expulsado del colegio por una confusión y su, normalmente
comprensivo abuelo, reacciona de una manera desmesurada. Matei huye de casa y su vida
cambia a raíz de una visita al Museo de Historia Natural en Bucarest, pero cuando vuelve a
casa, se enfrenta con más cambios de los que podría haber deseado. Cuando su madre vuelve
de Italia para llevárselo con él, él se niega a marchar. Matei piensa que su futuro está en
Rumanía. Ahora, el niño tendrá que madurar rápidamente.
Alexandra Gulea (Bucarest, 1970) compone imágenes bellas y tranquilas encontrando el
esplendor, e incluso humor, en las más tristes situaciones. Su ojo es capaz de captar la belleza
en los paisajes naturales y urbanos que hacen de la directora un magnífico exponente de la
nueva cinematografía rumana.
Años antes de rodar el film, la directora estaba inmersa en el género documental y mientras
filmaba en la estación principal de tren de Bucarest encontró a un niño de nueve años, Ionel,
que vivía en esa estación junto con otros tantos niños. Ionel se marchó de su hogar en Petrila.
Él era el hijo de un minero y la directora lo siguió a todos los lugares donde la vida lo llevó: un
orfanato, un hogar en el Valle de Jiu, un centro de niños discapacitados, un hospital donde fue
tratado de tuberculosis. Hoy Ionel tiene 18 años y vive en Italia. “A través de sus ojos descubrí
la vida de un niño solitario”, cuenta la directora. Más tarde decidió que su primera película de
ficción trataría sobre la vida de un niño.
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