Alberto, durante la ceremonia. FOTO EPDA
Media hora antes del acto el salón del hotel, ya revestía el carácter
de fiesta del deporte. La Federación de Fútbol de la Comunitat
Valenciana (FFCV) ha celebrado su Gala anual de entrega de premios
correspondientes a la temporada 2014/15, en la que convocados los
mejores futbolistas, entrenadores, directivos y equipos de toda la
Comunidad Valenciana, así como los principales dirigentes de los clubes y
numeroso público que llenaba por completo la sala.
La verdad es que la Gala en sí quedaría como una Gala más y
concretamente la del año que nos ocupa, pero me quedo con algo de ésta
tarde necesito narrar tres momentos que han marcado el curso de la
historia de la misma.
El Presidente de la FFCV Vicente Muñoz Castelló, ha sido el primero
en saludar a los asistentes, quien además de entregar los premios, en
sus palabras cargadas de afecto, de sensibilidad y amor al deporte, ha
puesto de manifiesto el dolor que sufre la familia deportiva, por los
hechos ocurridos en Paris, y que tanta indignación han producido al
mundo. La vida sigue, en medio de la tristeza y el luto, las
actividades deportivas, siguen marcando el ritmo que tenían programado,
porque los deportistas son un ejemplo a imitar y ha rubricado sus
palabras con un minuto de silencio que todos los asistentes puestos en
pie, han aplaudido con la intensidad oportuna.
El segundo momento de la tarde ha venido de la mano de Mateu Lahoz,
que junto a su asistente Pau Cebrián, vivieron en primera persona lo
ocurrido el pasado viernes en París, pues éste colegiado valenciano, fue
el encargado de arbitrar el encuentro internacional entre Francia y
Alemania.
Ha recibido el homenaje, de la Federación, pero sus palabras cargadas
de emoción han sido un grito de esperanza, un grito que invita a
caminar junto al fútbol, a caminar todos junto al deporte. Cuando ha
terminado la Gala, he ido a saludarle, a abrazarle, porque en ese
momento, cuando ves a personas tan íntegras y serenas, sientes que
“vuelves a nacer” que merece la pena luchar, para transmitir al mundo
que se puede vivir con deportividad y lejos de fanatismos.
Y el tercer momento, me quedo con el gesto de mi paisano, de Alberto
Pomer, al que he visto nacer, crecer y madurar como persona y como
deportista. Alberto es de Casinos, empezó a jugar al fútbol en aquel
campo de deportes que hoy es historia y que con tanta ilusión en los
primeros años de la década de los sesenta, sus padres y abuelos
trabajaron por hacerlo realidad. Un campo de tierra, pero un campo capaz
de curtir buenos jugadores de futbol, capaz de albergar hace cincuenta
años una piscina llena de vino, y sobre todo capaz de ilusionar a varias
generaciones para convertirlos en buenos deportistas y mejores
personas.
Alberto y sus padres Carmen y Pepe, conocen bien esa historia de
amor. Y puestos a hablar de historias, nombro al tío entrenador,
Salvador Espinosa, a sus otros tíos Alberto y Rafael, y toda esa saga de
deportistas encarnados en los Muñoz y los Pomer. Pero hoy nuestro
homenaje es para Alberto que recibe la “Medalla de Plata por la trayectoria deportiva y méritos conseguidos”.
Era un niño más entre los que se educaban en el Colegio público la
Pau de Casinos, después vendría el Instituto de Lliria, paso obligado
para todos los estudiantes de Casinos, hay que reconocerlo, yo también
fui a ese instituto, soy de la II promoción, aunque no tengamos la orla;
y entre estudios, fútbol, “colla” de amigos, los recuerdo pasando con
las bicicletas hacia aquel Casal en la pista del Arzobispo… entre todas
esa aventuras, Alberto trabajador incansable en el campo de juego, va
demostrando que es un buen deportista. Un deportista, sencillamente, un
buen jugador, considero que noble y capaz para mantenerse tantos años
jugando limpiamente en equipo tras equipo.
Estamos en 1995 y esa temporada ya juega en Lliria en 3ª división, y
en el 96/97 en Lliria 2ª División B, toda una motivación para nuestro
delantero centro. Año 97/98 equipos de 3ª División B como el Alavés B, y
a partir del 2000: Burjassot, Tárrega, Gimnástico, Pego, Vinaroz,
Utiel, Requena en Preferente, Onda, Olimpic de Xativa, Riba Roja de
Turia (dos años en tercera) Alginet y finalmente en la actualidad en
Tavernes de la Valldigna.
Son muchas horas de botas y calcetines de fútbol, es amor por los
equipos a los que entrega su juventud, son muchos momentos de dudas,
tensión, darlo todo… correr el riesgo de una lesión, oír pitos,
insultos, aplausos, vivirlo todo en primera persona, pero si algo merece
la pena de estar tantos años entregado al deporte, es la superación de
uno mismo. La pasión del fútbol y de quien lo hace posible solo se
justifica desde el prisma del afán de la lucha y de no entender de
derrotas.
La principal tentación de la vida en momentos difíciles es abandonar,
Alberto ha sabido moverse y si primero era entre colegio e instituto,
más tarde fue obteniendo la merecida Diplomatura en Educación Infantil y
de Primaria. A lo largo de la vida esos maravillosos títulos, sirven
para engrosar un acreditado currículum, pero el honor más grande es
haber vivido con tanta intensidad que todos los momentos de una vida
joven han estado cargados de razones para hacer felices a los demás, a
los que gozan viendo el buen futbol y a los que disfrutan jugando con
intensidad para devorar los minutos de juego consiguiendo la gloria de
los goles que te dan el triunfo y el trofeo.
No le he preguntado a Alberto ¿-Cuántos goles ha colado en su vida?
Esa pregunta la dejo para una próxima entrevista, lo que si he advertido
es la humildad, sencillez y satisfacción al recibir ésta merecida
medalla y dejarla en manos de sus padres Carmen y Pepe.
Gracias por invitarme a este lustroso acto tan deportista como
valenciano y poder escribir de primera mano ésta crónica a un
futbolista de Casinos, que esté donde esté, jamás se olvida de donde
viene, de quien es y sobre todo que se ha criado en el horno de la
Plaza, ha corrido jugando por nuestras calles, ha sido Clavario del
Santísimo Cristo de la paz, cuando fueron sus amigos, y que teniendo ese
galardón que hoy ha recibido, es suyo por merecimiento propio y
homenaje a su trayectoria deportiva, pero una parte también pertenece a
Casinos por ser el pueblo que le ha visto nacer y crecer. Enhorabuena.
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