Cartel de la marcha ecologista.La plataforma Tanquem Cofrents, que agrupa a las principales organizaciones ecologistas, así como a sindicatos y otras entidades de la sociedad civil valenciana, convoca su marcha anual a la central nuclear de Cofrents este domingo 21 de abril, coincidiendo con el aniversario del desastre de Chernóbil.
La marcha partirá de la localidad de Jalance, junto a la nacional N-330, a las 11:30 horas, y finalizará, aproximadamente a las 13:00 horas, en la puerta de la central nuclear de Cofrents, donde se leerá un manifiesto exigiendo el cierre de la central nuclear valenciana.
Para facilitar la participación de la ciudadanía, la plataforma Tanquem Cofrents ha fletado un autobús gratuito que saldrá de la Plaza de España de la ciudad de Valencia a las 9:00 horas.
Con esta marcha, la plataforma Tanquem Cofrents quiere celebrar que este año ya hay una nuclear menos en funcionamiento en el Estado español, la de Garoña, y además exigir una vez más el cierre inminente de la central de Cofrents y el resto de nucleares.
Frente al actual modelo energético, la plataforma Tanquem Cofrents reivindica un sistema eléctrico diferente, más seguro, eficiente, democrático y barato para los consumidores, basado en el ahorro, la eficiencia energética y la utilización de las energías renovables.
Tanquem Cofrents considera que manifestaciones como la del próximo domingo y el resto de acciones que realiza la plataforma son más necesarias que nunca. Sólo así podremos frenar la campaña pronuclear que están llevando a cabo las grandes empresas eléctricas, con la complicidad y participación del Gobierno central, para eliminar las energías renovables y seguir privilegiando a las centrales nucleares.
Desde el inicio de esta legislatura, el Gobierno central ha impulsado una sucesión de cambios normativos, con efectos retroactivos sobre las energías renovables, para reducir su rentabilidad y contribución al sistema eléctrico. Además, se ha impulsado también una campaña de propaganda y desinformación para que la ciudadanía olvide el reciente desastre de Fukushima.
Todo ello para prolongar el funcionamiento de las siempre peligrosas e inseguras centrales nucleares y mantener así el status quo del actual sistema energético. Un sistema que permite a las grandes empresas eléctricas obtener enormes e indecentes beneficios económicos a costa de la salud y la seguridad de la sociedad actual y de las generaciones futuras.
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