Cuatrocientas personas –más de la mitad de la población- llenaron
anoche la plaza principal de Navajas en una cena de hermandad y de gratitud
hacia el olmo que preside el centro neurálgico de la población y el devenir
diario de sus habitantes.
No cabían más. Luis Rosalén, uno de los responsables de la
organización ha señalado que la plaza estaba completa y no había posibilidad de
acoger a más personas "por limitación de espacio".
Es el homenaje que vecinos y visitantes han tributado al singular olmo
en el año que ha conseguido la consideración de Árbol del Año en España en el
concurso de Bosques sin Fronteras, y en el que cumple 383 de su plantación en
el mismo lugar que hoy ocupa.
"Hoy el pueblo a sus pies está celebrando una
fiesta en su honor, patrocinada por la Asociación de Fiestas "Salto de la
Novia", explicó Rosalén.
A pesar
de que el tiempo amenazaba lluvia, los organizadores no quisieron buscar otra
ubicación y abandonar la compañía del singular ejemplar. En esta ocasión
acertaron porque la noche respetó la
celebración y no sólo durante la cena sino también por la verbena y los
hinchables para niños que se instalaron con el fin de que todos pudieran
disfrutar del acto.