El 8 de marzo se conmemora el DÃa Internacional de la Mujer. Afortunadamente, desde hace unos años se ha ido quitando la coletilla "trabajadora". Y digo afortunadamente porque, aun cuando no exista un vÃnculo
contractual, trabajo y mujer son dos conceptos que van muy unidos.
En los últimos años también se dice mucho "DÃa Internacional de las Mujeres" y, ciertamente, este definición me gusta más, porque incluye a todas las mujeres, diversas y plurales, y asÃ, nombrándolas, es como las hacemos presentes.
Y es que existen muchas formas de ser mujer, pero hoy me quiero centrar hablando de las mujeres en el mundo rural. Porque las mujeres rurales sufren la mayorÃa de los problemas que sufren el resto de las mujeres, pero con algunas diferencias significativas.
La desigualdad de género está muy presente en el medio rural y, sin embargo, la sociedad, en términos generales, no es consciente de esta situación de desigualdad que padecen las mujeres en el mundo rural.
Vivo desde hace más de 30 años en Requena, un municipio del interior de la provincia de Valencia cuya economÃa se sustenta en la agricultura, fundamentalmente en el cultivo de la vid. Y en esta comarca, históricamente las mujeres vienen realizando labores domésticas y agrarias que no se les
reconocen.
Los cuidados a las personas mayores y dependientes recaen básicamente sobre las mujeres en el medio rural, debido a la falta de los servicios suficientes como residencias, centros de dÃa, guarderÃas y transportes. AsÃ, muchas mujeres que viven en el campo tienen que cuidar de sus mayores y de sus hijos y en el tiempo que les queda, asumen la gestión doméstica y trabajan en el campo. Carecen de vacaciones y, lo que es peor, de reconocimiento.
Por otra parte, la titularidad de las explotaciones suele recaer solamente en la población masculina, invisibilizando el trabajo realizado por ellas y dificultando enormemente su participación. Asà comprobamos que la presencia de mujeres en cargos de responsabilidad del medio rural también es muy escasa. Por ejemplo, a pesar de representar el 25% de la base social de las cooperativas agropecuarias, solo un 3'5% de los puestos en sus consejos rectores están ocupados por mujeres.
La tasa de desempleo de las mujeres en el mundo rural es más de cuatro puntos superior a la tasa media de desempleo de las mujeres en toda España. Lo mismo podemos decir de la brecha salarial, superior al 30% de media. Además, son las que soportan el 75% de los contratos a tiempo parcial y el 90% de los permisos y excedencias para cuidado de familiares, con los consiguientes efectos negativos sobre sus futuras pensiones de jubilación.
Todos estos factores están provocando que las zonas rurales, desde hace muchos años, se estén despoblando en general. Pero en concreto están sufriendo una despoblación dramática por parte de las mujeres jóvenes. Mujeres de nuestro siglo, modernas, muchas de ellas con estudios universitarios, muy preparadas y
cualificadas, que tienen que optar por abandonar sus pueblos si quieren encontrar una posibilidad de desarrollar un proyecto de vida acorde con su formación, sus ilusiones y expectativas.
Y esto es algo que no nos podemos permitir. La sociedad tiene que entender que el mundo rural es fundamental para la supervivencia del resto del mundo. Es la despensa de la ciudad, es la tierra que nos da de comer, es el aire que respiramos y es el agua que bebemos. Por lo tanto no podemos olvidarnos de él. Debemos procurar que tenga servicios, recursos y oportunidades comparables al medio urbano y que la mujer del medio rural supere la doble discriminación a la que históricamente ha estado sometida y se convierta en protagonista de ese cambio.
Por todo esto, las mujeres del mundo rural también nos unimos a la huelga feminista que se ha convocado a nivel internacional para este 8 de marzo. Vamos a levantar la voz para seguir denunciando las desigualdades que nos afectan. Porque necesitamos ser iguales del todo y en todo.
El 8 de marzo queremos hacer patente que las mujeres mueven también el mundo rural. Por eso, si nosotras paramos, se para todo.
