Hoy en OJD todos nos sentimos un poco huérfanos ya que su dilatada trayectoria profesional hizo que coincidiéramos con él en muchos proyectos, pudiéramos disfrutar de su amistad y su talante cercano y cordial.
Licenciado en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid y en Ciencias Empresariales por ICADE Madrid, entró a formar parte de la Oficina de Justificación de la Difusión en 1965, sólo un año después de que ésta fuera constituida por anunciantes, agencias y medios de prensa para realizar el control de la difusión en España. Trabajó codo con codo con Jacinto Jiménez-Eguizabal, primer Director de OJD, Ramón Poch, Director en Barcelona y Secretario del Consejo de Administración y bajo las Presidencias de Juan Pavía, Antonio García Zarandieta y Ángel Durández, hasta retirarse en 2013.
Nombrado Director General en 1996, impulsó las dos áreas de negocio (papel e internet) y en 2007 la empresa logró un récord absoluto con 1.169 medios auditados en España (939 impresos y 230 medios digitales).
Desde el inicio, mantuvo unas excelentes relaciones con los editores que, junto con la aprobación de normas de control adecuadas y rigurosas, consolidaron el prestigio de nuestra marca como la fuente más fiable de datos para la planificación en los medios impresos. Le tocó también lidiar con algunas crisis. La más grave tuvo su epicentro en 2002, con la llegada de los diarios de distribución gratuita. Tuvo que crearse la marca PGD y cambiar la denominación social de la empresa para incorporar el control de estos medios con siglas diferentes a las de OJD, empresa que se culminó con éxito al desestimar la justicia sendos recursos presentados contra la Sociedad por dicho motivo.
A lo largo de su amplia trayectoria fue ponente invitado en numerosas ocasiones, tanto en el ámbito universitario como en el publicitario, y cosechó el reconocimiento internacional al ser elegido en dos ocasiones Presidente de la IFABC (Federación que agrupa a los organismos de control de difusión en más de 30 países).
Siempre educado, accesible y de trato entrañable tenía un carácter que conseguía acercarse al lado humano de sus interlocutores y eso le convirtió en una persona muy apreciada en el sector.
Personalmente, tuve la oportunidad de tratarle en profundidad. Compartimos viajes y horas de trabajo de las que guardo anécdotas muy gratas porque era un excelente conversador. Supo dar visibilidad a su equipo y nos hizo crecer profesionalmente. Consideraba a las personas como una parte importante de su cometido y siempre fue atento y cordial con todos.
Nos deja una gran persona y con él se cierra una página brillante de la historia de la esta empresa. Descansa en Paz, querido Eusebio.
Manuel Sala. Director General de OJD
