Si vivimos en zonas de montaña o del interior y nos vemos obligados a dejar nuestro vehÃculo al raso, es bastante probable que al cogerlo para ir al trabajo por la mañana el parabrisas este cubierto de hielo. Esto resulta bastante molesto, ya que a esas horas hace frÃo y vamos con prisas.
Un remedio bastante efiaz y que nos ahorra el uso de productos quÃmicos agresivos es el uso del agua salada, ya que la sal baja el punto de congelación del agua. Al anochecer debemos frotar suavemente el parabrisas con un paño empapado en agua con sal. La idea es que esta mezcla recubra el cristal, asà que dejaremos que se seque solo. La sal impedirá que se forme hielo con la helada nocturna, y en caso de zonas muy frias, si aparece el hielo, será una capa tan débil que podrá retirarse sin duficultad.