Hace escasos dos dÃas que la
nueva corporación comenzó a rodar y no puedo evitar rememorar las semanas
previas al pleno de constitución del Ayuntamiento de Sagunto, en las que
existÃa varias posibilidades de gobernar nuestra ciudad. Algunas combinaciones
eran más arriesgadas y exigÃan del nuevo alcalde una valentÃa que en estos ni
siquiera le podemos exigir, sin embargo, también se contemplaban otras
combinaciones que podrÃan haber cambiado el rumbo de manera determinante en la
manera de gestionar nuestra institución local.
Iniciativa Porteña, como fuerza
trasversal, en la que se integran ideologÃas de todos y cada uno de los
partidos del espectro polÃtico nacional y que, además, manifestó públicamente
que en el caso de entrar en el equipo de gobierno no pondrÃa encima de la mesa
debates respecto al segregacionismo y trabajarÃa por el interés de todos los
ciudadanos del municipio por igual.
Desde Ciudadanos, nos pusimos a
disposición del nuevo alcalde para que contase con nuestra experiencia y
conocimiento dentro de la institución, asà como con un significativo número de
proyectos que, sin duda, podrÃan hacer de esta ciudad una nueva y mejor versión
de sà misma.
Sin embargo, la decisión final
fue la de volver a pactar con Esquerra Unida y CompromÃs, o lo que es lo mismo,
cuatro años más de polÃtica ideológica, instaurada en la médula de nuestras
instituciones públicas. Nada nuevo en el horizonte, polÃtica lingüÃstica sin
control, conflicto permanente con nuestras empresas y empresarios, deslealtad
institucional, falta de coordinación entre concejalÃas… es decir, de nuevo un
gobierno que volverá a la senda de la ineficacia y el enfrentamiento.
En las próximas semanas veremos
si este seudo botà nic que se está cocinando a fuego lento, es capaz en estos
cuatro años de afrontar los problemas graves y enquistados de nuestro
Ayuntamiento, o como han hecho durante toda la legislatura pasada, no solo no
han resuelto ninguno, sino que los incendios se les han propagado por cada
rincón del consistorio.
Ojalá me equivoque y tenga que reconocer en unos meses
que Dario, como nuevo director de orquesta, ha puesto cierto orden y valentÃa
encima de la mesa, pero me temo que durante mucho tiempo nos tendremos que
acordar de
"aquella oportunidad perdida".