Juan Arbona ha cumplido este mes un año como director de Fertiberia, empresa con 119 empleos directos y 400 entre indirectos e inducidos. Nacido en 1970, está casado y espera su tercer hijo. Natural de Pamplona, estudió en Zaragoza y Dormund Ingeniería Industrial. Trabaja en Fertiberia desde el año 2000, aunque también ha pasado por Arcelor y Thyssen-Krupp. Actualmente vive en Valencia, ciudad que considera ''la mejor donde vivir, por su clima, cultura, ocio, gastronomía y conexiones. Si sumamos todos estos factores, el sitio es imbatible''.
-El resultado de producción de la planta de Fertiberia Sagunto en 2015 fue de récord en sus 28 años de historia. ¿Por qué y cuál es la previsión para este ejercicio?
-Cuando se montó esta planta, se hizo con la mejor tecnología y en todos los campos: el de producción y seguridad. La situación de partida fue muy buena y la política de la empresa es la de invertir cada año, mejorando los ratios medioambientales y de productividad. Hemos comenzado el año con la ilusión de batir el récord de producción y de cero accidentes. Pese a la coyuntaura del mercado nacional e internacional -el nacional está en estos momentos parados porque desde antes de Navidad no llueve y ahora está lloviendo mucho-, lo vamos a conseguir. Nos encontramos actualmente con una climatología muy mala para nuestro producto. Cuando se montó la planta, nuestro mercado era 100% cereal, de Castilla-La Mancha, Castilla-León y el centro de Europa. En ese momento el gobierno estaba reestructurando el sector de fertilizantes y coincidió con el cierre de Altos Hornos del Mediterráneo. Así es como se decidió apostar por ubicar aquí Fertiberia. Es muy competitiva por la proximidad al puerto. Se hizo pensando en el cereal, pero está muy bien comunicada por barco y carretera y , poco a poco, nos hemos ido adaptando a las necesidades agrícolas locales, como fruta y productos de irrigación. Hemos pasado de hacer 100% de abono sólido al 85% y un 15% de abonos líquidos para Castellón, Valencia, Alicante, Murcia y Almería, para riego por goteo. El año pasado el sólido fue un 60% para el mercado español y el 40% para Europea, como Holanda, Alemania, Francia e Inglaterra.
-¿Por qué otras fábricas han hecho Expedientes de Regulación de Empleo y Fertiberia no?
-Porque los fertilizantes son fundamentales para los alimentos y el aumento de la demana de alimentos es de un 3% al año y va a seguir así hasta el 2050. Cuando nací había 3.000 millones de personas en la Tierra, ahora hay 7.000 y llegaremos a 10.000 en 2050. La producción agrícola se tiene que multiplicar por dos hasta 2050. Países de Oriente Medio, el Norte de África y Asia están creando sus propias plantaciones. Hay un riesgo muy importante y es que en estos momentos China ha pasado de ser importador a exportador a precios por debajo del coste de producción. Se da la circunstancia de que ellos utilizan carbón para producir, lo cual tiene un gran impacto medioambiental. Sin embargo, no tienen ninguna restricción y sus productos entran sin problemas en España. Mientras tanto, a nosotros se nos aprieta cada vez más las clavijas, con el riesgo de cierre de plantas en Europa, más ecológicas, sustituidas por las de China, que emiten tres veces más gases contaminantes. El riesgo está en una doble dimensión: se puede desindustrializar Europa y perjudicar el cambio climático.
-Ahora que comenta esos riesgos de desindustrialización. ¿Cómo observa el presente y el futuro económico de la comarca en un contexto complicado tras el cierre de Bosal y el conflicto de Lafarge y el Ayuntamiento?
-En estos años, muchas fábricas que han cerrado lo han hecho porque hay sobrecapacidad productiva tras el pinchazo de la burbuja. Hay que hacer reajustes y el problema es que la competencia es interna. Por ejemplo, a Galmed quien la cerró fue otra fábrica del grupo Thyssen-Krupp, no un rival. Bosal Sagunto la ha cerrado Bosal Zaragoza. En las multinacionales hay una competencia grande entre fábricas del mismo grupo que pelean por llevarse los pedidos. Es un peligro que tenemos todas las fábricas. En el caso de Fertiberia, si hay menos pedidos, cerraría la menos competitiva. Respecto a Lafarge, ahora que está en un mayor conglomerado tras la fusión con Holcim, el riesgo es que el grupo decida en un momento dado cerrar la más problemática. Es un riesgo que ya se ha visto en otros sitios.
-¿Cuál es el impacto ambiental de Fertiberia en la comarca?
-El impacto de ésta y el resto de fábricas es mínimo. Cuando se montó aquí, Fertiberia contaba con las mejores instalaciones de aquellos tiempos y desde 1988 hasta ahora se han ido implantando las solucionades más modernas. Respecto al 2008 se emite sólo el 6% de lo que se emitía entonces. En vertidos y residuos se ha reducido un 90% respecto al inicio de la actividad. Un problema muy importante es que el mismo producto que se importa de otros países tiene un impacto ambiental 40 veces superior.