Unas de las cantinelas que llevo años escuchando es que no hay
relevo en el mundo operístico. Ciertamente el nivel alcanzado por Kraus, Joan
Sutherland, Marylin Horne, Domingo, Pavarotti, Berganza, de los Ángeles,
Bruson, Alcina, Pons, Argall (por no hablar de Bergonzi, Del Monaco, Callas,
Tebaldi) es enorme pero, ni mucho menos representan el final del mundo lírico.
Hoy existe un nivel muy alto de cantantes, de cantar,
técnicamente, muy bien. Antes había voces, pero, conforme ibas recorriendo la
historia de la lírica te encontrabas con voces naturales muy buenas pero
técnicas muy malas.
Pues bien, en el día de hoy pese a que hay un elenco de cantantes
muy buenos, como Carlos Álvarez o la valenciana Elena de la Merced y futuras grandes
promesas con un presente ya meteórico el tenor canario Celso Albelo, llamado
el sustituto de Kraus, no hay divos a la antigua usanza, hay muchos cantantes
muy buenos sin que podamos destacar a alguien por encima del resto.
Pero pese a esta realidad, si tuviéramos que destacar a un
cantante cuya fama y popularidad va en aumento, siendo hoy el principal referente
operístico, este sería el peruano Juan Diego Flórez. Juan Diego Flórez es joven
y pese a eso pisa los grandes escenarios del mundo. Un timbre dulce y una técnica
simplemente, perfecta, con su voz de tenor lirico-ligero, recorre todo el
terreno belcantista sin escatimar esfuerzos ni florituras.
Una prueba de ello es su CD "Arias for Rubini". Rubini fue un
tenor famoso en la época capaz de realizar todo tipo de acrobacias vocales,
todas estas variaciones fueron recogidas en partitura y cantadas ahora por
Juan Diego que con un fraseo exquisito, un ataque a sobre-agudos perfecto, sin
perder el color de la voz que brilla, sana y potente.
Las arias son todas belcantistas y como tales son de compositores
exponentes de este periodo como Rossini, Bellini y Donizetti que se sirvieron
de Rubini como inspiración para componer arias que él iba a cantar o operas
compuestas después de su vida para tenores de igual nivel.
Juan Diego Flórez es el mejor exponente de la buena salud del
mundo operístico alejado, cada vez más y por suerte, de la extravagancia, del
glamour llevado al ridículo y del divismo idolatrante que hacía que un cantante
de ópera fuera alguien por encima de lo humano. La ópera es teatro cantado y
como tal era, como debería ser, para todos los públicos y todos los bolsillos,
no un patrimonio exclusivo de unos pocos que pueden acceder a los grandes
palcos de los grandes palacios operísticos.
Sin duda, si quieren comprar en rebajas un disco de música, tanto
para principiantes como para gente versada, "Arias for Rubini" de Juan Diego
Flórez será una compra perfecta.