La Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA) califica de "escándalo y estafa" la entrada a la Unión Europea (UE) de aguacates ecológicos procedentes de Marruecos con residuos de Clorpirifos, una sustancia fitosanitaria cuyo uso está prohibido por la peligrosidad que entraña para la salud humana.
La organización agraria se hace eco asà de la intercepción por parte de las autoridades de los PaÃses Bajos –comunicada al Sistema de Alerta Rápida para Alimentos y Piensos– de una muestra de la mencionada fruta foránea con una proporción de 0,29 miligramos/kilo, cuando su LÃmite Máximo de Residuos (LMR) está fijado en el mÃnimo detectable en laboratorio, 0,01 mg/kg. Estos aguacates tenÃan como destino a mercados de PaÃses Bajos, España, Alemania y Austria.
El presidente de AVA-ASAJA, Cristóbal Aguado, alerta de "la especial gravedad que comporta esta nueva detección en importaciones agrÃcolas porque estamos hablando, no solo de la presencia de una dosis tremendamente alta de una materia suprimida hace más de un año, sino también de un producto agrario que se vende como ecológico y, por tanto, no deberÃa tener residuos de ninguna sustancia sintética. Si tenemos en cuenta que los puntos de entrada inspeccionan menos del 10% de los cargamentos que nos llegan, esto quiere decir que hay ahora mismo aguacates de Marruecos sin las debidas garantÃas sanitarias. Es una estafa a todos los niveles, tanto para los productores, al tratarse de una competencia desleal, como para los consumidores, que son el objeto del engaño".
AVA-ASAJA reclama a la Comisión Europea que castigue duramente, a través de medidas cautelares que vayan más allá de la destrucción de los lotes detectados, a aquellos paÃses terceros que incumplen sistemáticamente los mismos estándares que se exigen a los productores europeos en uso de materias activas fitosanitarias. Para Aguado, "Bruselas está tendiendo una alfombra roja a los paÃses foráneos sin reciprocidad y sin importarle lo más mÃnimo si con ello nos desplazan de nuestro propio mercado. La UE deberÃa reconsiderar su noción mal entendida de la globalización y dejar de primar la ley de la selva. Queremos, necesitamos unos controles fitosanitarios rigurosos. Queremos, necesitamos unos tratados con estudio de impacto, reciprocidad y cumplimento estricto de las condiciones estipuladas. Queremos, necesitamos una UE que proteja a sus agricultores y no expulse a los jóvenes del campo".