El
presidente de AVIA, Emilio Orta, y la gerente de la entidad, Elena
Lluch, se han reunido esta mañana con la Secretaria Autonómica de
Economía Sostenible, Sectores Productivos y Comercio, Blanca Marín.
El
encuentro ha servido para presentar, a la responsable del área
empresarial del Consell, el plan estratégico de la entidad que
recoge sus principales demandas líneas de actuación. En este
sentido, Orta le ha trasladado a Marín la necesidad "imperiosa"
de crear un Centro de Referencia del sector de Automoción que
permita a esta industria mantenerse como un pilar de la economía
valenciana.
"Un
centro de referencia del sector es una herramienta imprescindible
para acudir a los foros de decisión tanto nacionales como
internacionales y vertebrar la transferencia tecnológica entre las
entidades académicas y las empresas".
Orta ha puesto como ejemplo los centros que ya existen en otras
comunidades autónomas y que les permiten ser más competitivas a la
hora de "homologación
de piezas o en la vigilancia tecnológica".
"A
día de hoy
–continúa Orta- una
empresa valenciana que quiere homologar una pieza debe mandarla a
otras comunidades autónomas, o a Alemania y esto ralentiza el
proceso y nos resta capacidad de competir".
Otra de las funciones de un centro de referencia es el de antena
tecnológica y vigilancia.
En
la reunión con la secretaria autonómica de Economía Sostenible,
los representantes de AVIA también le han presentado de manera
detallada los datos claves de AVIA y el volumen de empresas, empleo y
negocio que representa la entidad. Emilio Orta le ha confirmado que
con
"25.000 empleos directos que son el 5,5% del empleo en la
Comunitat, 93 empresas asociadas y 12.250 millones de facturación
agrupada somos el único interlocutor válido del sector de
automoción". "No podemos olvidar que representamos el 10% del
PIB de la Comunitat Valenciana, el 14% del PIB industrial".
Por
último, Orta y Lluch han mostrado a Blanca Marín la preocupación
del sector por la falta de mano de obra cualificada y la gran brecha
que se da entre la formación académica que reciben los estudiantes
y las necesidades de las empresas. Esta brecha obliga a "largos
periodos de formación en las empresas que restan competitividad a
las compañías y limitan el acceso al sector a numerosas personas."