La Escuela de FilosofÃa del Ateneo ha puesto en valor la figura de Leo Baeck a través de la conferencia del miembro de la Amistad JudeoCristiana de Valencia, Juan AgustÃn Blasco Carbó. De esta personalidad ha destacado su labor al frente de la Comunidad JudÃa Alemana que le llevó en 1933 "a ser el primero en percibir la necesidad de intentar sacar al mayor número de gente mientras todavÃa se pudiera, empezando por los niños, los famosos kindertransport".
Estas ideas se han expuesto durante la webinar organizada por la Escuela de FilosofÃa del Ateneo "Aproximación a Leo Baeck" que se enmarca dentro del ciclo de conferencias de Filópolis V. Esta sesión ha sido presentada por Carlos Climent, vicepresidente de la Fundación del Ateneo, y por el coordinador de la Escuela de FilosofÃa, Antonio Lastra.
El miembro de Amistad JudeoCristiana de Valencia y licenciado en derecho y Derecho Canónico por la Universitat de València, ha destacado la figura del rabino Leo Baeck que "es aún desconocida en España a pesar de su liderazgo espiritual y la contundencia intelectual de su pensamiento, asà como su intervención al frente de la Asociación de la JuderÃa del Reich Alemán desde 1933 hasta su deportación al campo de Terezin, cerca de Praga, en enero de 1943" añadiendo que "tras su supervivencia y liberación sentó las bases del JudaÃsmo Reformista moderno hasta su fallecimiento en 1956".
Juan AgustÃn Blasco ha recordado que Baeck fue elegido en 1933 presidente de la Comunidad JudÃa Alemana y pese a ver la necesidad de sacar al mayor número de gente "él se negará a abandonar Alemania mientras quedara un solo judÃo en su tierra. Por ello realizó una importante labor internacional intentando obtener el mayor número de visados posibles".
Asimismo ha apuntado que "apoyó la ordenación de mujeres como rabinas aunque desde una postura discreta pero eficaz. Aceptó el sionismo como una posibilidad sin alinearse directamente con sus postulados. Intentó desde ese cargo, minimizar los perniciosos efectos de las leyes de Nüremberg sobre la población con diferentes programas asistenciales que llegaron a utilizar colaboradores cristianos cuando las estructuras judÃas colapsaron".
También Blasco Carbó ha apuntado que "Leo mantuvo su liderazgo espiritual en el campo de Terezin aún sin pertenecer al Consejo de Ancianos, por no querer abrogarse el derecho de decidir quien tenÃa que fallecer y quien no al elaborar las lista de los transportes hacia los campos de exterminio del Este" añadiendo "tras la liberación fue elegido presidente del JudaÃsmo Reformista y se le requirió para determinar la compensación que la RFA debÃa aportar a la Comunidad JudÃa".
Con posterioridad, ha apuntado, contribuyó a un futuro diálogo judeo-cristiano trabajando en los Diez Puntos de Seelisberg y fue determinante su opinión para elegir Nueva York como sede de la institución que recogerÃa obras, escritos, y archivos pertenecientes a judÃos europeos.
Durante la webinar, Antonio Blasco ha concluido que Baeck "supo erigirse en lÃder de un pensamiento judÃo que no pretendÃa esconderse para no molestar sino desde la certeza de la contundencia de sus premisas, defendÃa su superioridad frente al cristianismo. En su pensamiento destacar las conocidas "polaridades" entre las que la vida discurre: mandato frente al misterio; la libertad por el sometimiento a la ley; hacia el universalismo por la elección particular del Pueblo de Israel".