Bruja no, pero puta sà y zorra, guarra, fácil, deslenguada, malfollada, golfa, calientabraguetas y hasta feminazi, eso sà me lo han llamado (y a cualquier mujer a la que preguntes) en demasiadas ocasiones...
Responde siempre este tipo de insultos a un patrón bastante recurrente: viene de un hombre a cuyo control o voluntad no me he sometido.
Da igual que sea un tipo al que no he hecho caso del modo que querÃa una noche en un bar, un vecino de escalera en una junta conflictiva, un profesor a quien he podido debatirle en algún aspecto o un jefe a quien le he explicado algo que pensaba explicarme él (ay... el mansplaining).
Lo mismo ocurrÃa está semana en el debate de la moción para penalizar el acoso a mujeres que acuden a clÃnicas especializadas en abortos, el diputado de Vox José MarÃa Sánchez GarcÃa, llamó bruja, hasta en tres ocasiones a la diputada socialista Laura Berja... claramente le incomodaba y se le escapaba de las manos al señoro Sánchez GarcÃa que cualquier mujer tenga derecho a decidir (sin el consentimiento previo de él o de cualquier colectivo o grupo religioso), qué hacer con su cuerpo.
Pues a la espera estoy de que me llamen bruja y añadirlo a la lista de insultos, porque no llevo idea de parar.
Seguiré siendo incómoda, como lo fueron las matronas sentenciadas como brujas por la Inquisición, como lo fueron las mujeres que consiguieron el voto femenino, como lo fueron las mujeres pioneras en cualquier sector o aquellas que empezaron a luchar por nuestros derechos y salud reproductiva.
Porque el feminismo es una carrera de fondo, luchamos por conseguir una sociedad en la que los derechos y las realidades nos equiparen y mientras, no podemos descuidar lo ya conseguido ante las amenazas de nuevas olas machistas y patriarcales.
Porque nos queda luchar contra la violencia de género, contra la brecha salarial, contra el acoso sexual, contra la falta de corresponsabilidad en el hogar o contra el lenguaje machista y mientras, somos unas brujas que cuidamos de que una mujer pueda abortar sin sufrir un escrache.