Jaime Navarro. EPDAAhora que así de repente me entero que nos has dejado, querido Sánchez Dragó. Pero esta vez para una larga temporada. Ahora que como cada año volvíamos a estar en plena primavera. Que ya no es como cuando decían que te habías ido al Japón o al Nepal. O a cualquier otro sitio donde no entendías ni jota. Que era cuando tu pródiga mente, según decías, por fin descansaba.
Que ya nos van quedando pocos; que a entrevistar nadie te ganó, ni te ganaba. Que la verdad o el escuchar ya casi no importan. Pues como ves nos pasamos el día colgados del móvil. Guasap arriba. Guasap abajo...Y nada ni nadie nos dice hasta con quién andamos. Ahora que más solos que nunca sin ti Fernando, por tantas cosas nos hemos quedado.
Pero tuviste la suerte de irte así como te has ido, sin siquiera hacerte viejo. Después de eso sí, algunas carantoñas con tu querido gato. Como cualquier otra alegre mañana. La España del
verso y de la idea. La vagabunda. La nómada. La de la calle y la de las fábulas y leyendas. La del exilio interior. La increible; aquí se queda. Mudita como siempre. Esperando que vuelvas. A preguntarle siquiera.
