"Un tonto y su dinero están poco tiempo juntos" Gordon Gekko
Frase épica que muchos de los lectores recordareis, sobre todo los que peinéis canas.
Tan épica como cierta. Pero no menos cierto, el daño que ha hecho a la imagen del mundo de la inversión financiera esa exhibición de capitalismo "salvaje" y sin piedad, que el protagonista de la película Wall Street. Gordon Gekko está en las antípodas del planteamiento de cualquier buen asesor patrimonial honesto y cabal. La imagen de muchas películas, afortunadamente, dista mucho de lo que es la industria de la inversión, pero sigue pesando en muchos ambientes de la sociedad. Las regulaciones, las normas, las garantías en la información y en la contratación de productos financieros es, cómo debe ser, cada vez más estricta y exigente con los proveedores y comercializadores.
Pero, además a todo asesor financiero, se le exige unos conocimientos mínimos certificados, un código de conducta, y está expuesto en cualquier momento a la supervisión y auditoría de todas sus acciones.
En una economía avanzada, sólida y garantista es muy importante que esto sea así, porque nos jugamos mucho, por la importancia que el sector financiero tiene para nuestra economía. Pero todo esto desgraciadamente no va a evitar que dentro de unos meses o años vuelva a haber algún "golfo" que haga algún desaguisado o se forme y explote una nueva burbuja especulativa que deje a unos cuantos arruinados.
Y es que en el fondo de todo eso no está realmente los "malvados mercados especulativos", en el fondo de todo están las miserias y emociones humanas. No por haber leyes y normas muy claras sigue habiendo desgraciadamente asesinatos, mujeres maltratadas, robos y pillajes de todo tipo.
Precisamente por ello la CNMV está constantemente denunciando nuevos "chiringuitos financieros" no autorizados a operar que puede consultar en este enlace CNMV - Entidades no autorizadas por la CNMV ("Chiringuitos Financieros")
Querido lector, voy a suponer que usted ya es una persona formada e informada y está en buenas manos.
En ese caso su asesor le tendrá que ayudar a combatir otras emociones. A esas emociones los que convivimos con los mercados les llamamos el miedo y la avaricia. ¿No hubo una expresión máxima de avaricia en la burbuja de la vivienda en España? ¿El Covid no fue la mayor expresión del miedo de los últimos años?
Hay también otra típica obsesión muy peligrosa, ganar el máximo en el menor tiempo posible. Vamos, el clásico pelotazo. Hasta un ministro de un Gobierno de España se vanaglorió de decir que era el país del mundo donde más fácil y rápidamente se podía ganar dinero.
También me inquieta mucho cuando a algún amigo, cliente o familiar le oigo hablar de "jugar" a la bolsa. Y es que en este país confundimos muy fácilmente el juego con la inversión, como si la inversión se tratara de un "juego de azar". Eso hace que mucha gente confunda también los términos de valor y precio. Como dice muy bien Warren Buffet "el precio es lo que pagas y el valor es lo que recibes". Por tanto, un buen inversor buscará que el precio represente el valor razonable (razón no emoción) de un activo, porque sabe que es el que a largo plazo se va a imponer. Nada que ver con el juego.
Querido lector, después de hablarle en el anterior capítulo de la "bestia negra del ahorrador" Capítulo 3: La bestia negra del ahorrador (elperiodicodeaqui.com), y de animarle a "ocuparse" de mejorar su nivel de competencia financiera, el siguiente paso, sabiendo que el riesgo 0 no existe, es ir incorporando una buena diversificación de activos a su cartera de inversión, siempre por supuesto de la mano de su asesor. En el ADN español está la inversión en ladrillo, porque supuestamente era una inversión sin riesgo, y a veces concentrado en un sólo activo. La inversión colectiva, en cambio y desde cantidades ridículas incluso menores a 100 € pone a su disposición en España miles de fondos, planes, y seguros de ahorro con perfiles desde un riesgo muy bajo hasta muy alto, en función de que sea apto o conveniente para usted según todos los controles establecidos por la regulación. Son instrumentos que permiten una elevada diversificación, la mayoría de ellos con una liquidez inmediata, y según qué tipo con ciertas ventajas fiscales. Recuerde lo de no poner "todos los huevos en la misma cesta".
Concluyendo con el titular, si hemos diversificado bien entre los diferentes tipos de activos, tenemos una visión de largo plazo y no nos dejamos llevar por las emociones, el tiempo es nuestro mejor aliado, porque todos los activos tienen un valor razonable que es en el que a la hora de invertir (la inversión no es un juego) nos hemos de fijar y que acaba imponiéndose. Y ya que hoy va de frases épicas y de la sabiduría popular, recordar que "tarde o temprano el tiempo pone las cosas en su sitio" y que "el buen vino (elija bien) mejora con el tiempo". Querido lector, no sea el "tonto" de la película al que le "roban la cartera", acuérdese que "las prisas son malas consejeras", y si ha analizado bien sus decisiones, tenga ante todo paciencia, que es "la madre de la ciencia".