Cáritas Valencia atendió en 2019 a 861 personas en situación de sin hogar a través de sus programas específicos desarrollados en la diócesis de Valencia. En este sentido, la entidad cuenta con recursos residenciales, de baja exigencia, socio laborales y de calle, en los que ofrece alternativas para iniciar un proceso de acompañamiento que facilite la promoción personal, la participación social y el acceso a los derechos.
Con motivo de la celebración del Día de las Personas sin Hogar, y con el contundente lema "NO TENER CASA MATA", se quiere llamar la atención de los poderes públicos y de la ciudadanía sobre los efectos que la falta de una vivienda adecuada supone para miles de personas y familias en nuestro país, donde se estima que cerca de 800 000 hogares y 2,1 millones de personas sufren situaciones de inseguridad en la vivienda (VIII Informe Foessa sobre Exclusión y Desarrollo Social en España).
En la actualidad, Cáritas cuenta con el centro San Esteban, inaugurado en diciembre de 2019 y que también durante el confinamiento albergó a personas en situación de sin hogar. Además, dispone de una vivienda en la que se alojaron 10 personas y un proyecto de acompañamiento a las personas en situación de sin hogar, que en 2019 atendió a 189 personas en las calles de València. Del mismo modo, Cáritas Interparroquial de Gandia posee un centro en el que acogió a 296 personas el año pasado.
En la atención a familias con dificultades en el acceso a la vivienda, Cáritas también coordina 38 viviendas en la diócesis de Valencia en las que acompaña a 199 personas en sus procesos vitales hasta que alcanzan la autonomía personal y económica.
En cuanto al perfil de las personas en situación de sin hogar, este abarca tanto a varones con problemas laborales o de adicciones sin red social de apoyo; como a mujeres jóvenes y de edad intermedia, separadas o divorciadas o que han sufrido malos tratos; y personas migrantes, varones jóvenes ex tutelados que se quedan en la calle, o personas que padecen algún problema de salud mental.
«No tener casa -explica Ignacio Grande, director de Cáritas Valencia- impide tener un hogar, unas relaciones sociales normalizadas, un espacio básico de protección, además de suponer un serio impacto en la salud física y mental, de ahí que digamos que no tener casa mata».
¿Qué propone Cáritas?
Ante el agravamiento de la vulneración del derecho humano a la vivienda en tiempos de la COVID-19, en un tiempo de crisis extraordinario donde algunos derechos se fragilizan aún más, Cáritas Valencia lanza propuestas concretas para avanzar en un escenario de reconstrucción social que tenga especialmente en cuanta a las personas sin hogar:
- Es urgente una ley estatal de garantía de acceso a la vivienda donde se incluyan todas las situaciones de exclusión residencial y sinhogarismo.
- Es necesario incrementar el esfuerzo realizado por la Administración pública en materia de rehabilitación y mantenimiento del parque de viviendas, y promoción de vivienda en alquiler social de forma preferencial.
- Definir e implementar una estrategia específica de lucha contra la exclusión residencial/sinhogarismo, basada en un enfoque del derecho humano a la vivienda con dotación presupuestaria adecuada y apoyada en la coparticipación de los distintos niveles administrativos y administraciones.
- Continuar con la medida extraordinaria de paralización de desahucios y desalojos sin alojamiento alternativo en vivienda habitual en alquiler. Según datos del Consejo General del Poder Judicial, en 2019 en España se realizaron 54 006 desahucios; aunque las cifras suponen un 9,5 % menos que en 2018, siguen reflejando una realidad dramática: casi 150 desahucios diarios, 6 cada hora.