El Consejo de
EnfermerÃa de la Comunidad Valenciana (CECOVA) quiere llamar la
atención sobre la circunstancia de que los perjuicios que
ocasionarÃa la publicación en el BoletÃn Oficial del Estado (BOE)
del llamado Real Decreto de prescripción enfermera justifican su no
publicación. Una situación claramente atÃpica pero a la vez una
decisión llena de sensatez y sensibilidad polÃtica a la vista de
las reacciones que ha generado la posible entrada en vigor de esta
norma.
El Consejo de
Ministros del pasado 23 de octubre dio luz verde a la regulación de
la indicación, uso y autorización de dispensación de medicamentos
y productos sanitarios de uso humano por parte de los enfermeros. Y
se hizo de una forma recriminable desde cualquier punto de vista,
permitiéndose que se modificara "in extremis" el contenido de
este Real Decreto sin contar o avisar a la parte afectada.
Una circunstancias
que está provocando un clima de máxima crispación e incertidumbre
profesional, institucional y social que no tiene parangón en la
historia reciente de EnfermerÃa.
Para el CECOVA,
esta inusual maniobra de última hora en el Consejo de Ministros, ya
de por sÃ, abre la puerta de la judicialización, pues nada más vea
la luz en el BOE el citado Real Decreto, ya han sido muchas las
instancias, tanto profesionales y sindicales, como administrativas,
las que se han pronunciado en iniciar la vÃa de la impugnación del
mismo.
Un
Real Decreto que lejos de potenciar la interrelación y el aspecto
colaborativo entre profesionales
del equipo de salud, sin
lugar a dudas va afectar negativamente al clima laboral generando
confrontación, desconfianza y recelos entre
sus integrantes.
Con
la publicación de este Real Decreto, los médicos verán
incrementada su carga laboral al tener que realizar cometidos que
hasta ahora venÃan realizando y desarrollando diligentemente los
enfermeros. Por su parte, los enfermeros se van a sentir agraviados y
menospreciados. Por un lado no se recoge la realidad académica ni
laboral de la profesión enfermera en cuanto al
manejo de medicamentos y productos sanitarios en clara discriminación
respecto de los podólogos. Por otro, se sigue relegando a la
profesión enfermera a mera disciplina auxiliar y subalterna de la
profesión médica al anular su autonomÃa profesional no teniendo en
cuenta el abordaje que se debe llevar a cabo en el nuevo contexto
sociosanitario donde estamos inmersos.
El
Real Decreto que se pretende publicar, introduce mucha burocracia
para la validación de protocolos y guÃas de práctica clÃnica y
asistencial. Son varios ministerios, instituciones y consejos
generales de profesiones sanitarias los que tienen que ponerse de
acuerdo en su elaboración. Y por si fuera poco, una vez conseguido
este difÃcil consenso, los protocolos y guÃas deben publicarse en
el BOE por resoluciones susceptibles de ser recurridas. Todo un
proceso harto difÃcil para ser viable, y que hace preguntarnos por
la situación en la que quedan los actuales protocolos y guÃas
clÃnicas.
Con respecto a los
pacientes, desde el CECOVA se considera que tras la entrada en vigor
del R.D., esta situación profesional hará que muchos de los
procesos asistenciales se ralenticen de manera importante,
disminuyendo la efectividad y calidad de los mismos, con el
consiguiente perjuicio para sus destinatarios, o sea, los pacientes y
usuarios. Estos, que son los destinatarios últimos de este
maremágnum y a quienes debÃan haber puesto en el centro de toda
esta negociación, serán los grandes perjudicados cuando tendrÃa
que ser al revés. Asistirán atónitos a cambios incomprensibles en
sus procesos de salud-enfermedad, lo cual generara irremediablemente
desconfianza y malestar por la asistencia que reciben.
Pero además, el
Real Decreto no solo perjudica a profesionales y pacientes, sino
también a las comunidades autónomas, cuyos responsables sanitarios
tendrán que gestionar las consecuencias negativas derivadas del
mismo en sus respectivos territorios.
Si
la publicación del RD, tal y como ha quedado aprobado en Consejo de
Ministro, acarrea perjuicios para el trabajo de médicos y
enfermeras, tiene consecuencias negativas para los pacientes, y será
un calentamiento de cabeza para las comunidades autónomas, lo más
sensato, a juicio del CECOVA, debiera ser que no se publique.
Quizás
esta medida sea también algo inusual, pero, entre volver a cambiar
el texto, publicarlo como esta o no publicarlo, quizá lo más
inteligente, en opinión del CECOVA, sea lo último. Después de las
elecciones generales corresponderá al Gobierno que salga de las
urnas retomar este asunto y, con las enseñanzas aprendidas tras este
tiempo convulso, intentar consensuar un redactado que complazca a
unos y a otros.
Desde
el CECOVA se considera que no tener las prisas ni las presiones que
han acompañado a la última parte de la tramitación del Real
Decreto, quizás haga que se alcance un texto más consensuado y
acorde a las realidades de todas las partes. Eso sÃ, el no tener ya
esas prisas ni presiones no puede hacer que se relaje la búsqueda de
la solución a este asunto. Los nueve años que llevamos con esta
cuestión ya son bastantes.