Centenares de agentes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado han despedido hoy en la Catedral de Valencia al subinspector de Policía Nacional Blas Gámez, asesinado el pasado martes en acto de servicio en Valencia, en la misa exequial por el eterno descanso celebrada en la Seo.
La eucaristía ha sido presidida por el obispo auxiliar de Valencia, monseñor Esteban Escudero, quien ha excusado la ausencia del cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares.
En la misa han estado presentes la viuda y los dos hijos del agente fallecido, de 15 y 19 años, familiares y amigos, muchos de ellos llegados desde Ávila, así como numerosos miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.
El obispo auxiliar ha leído la homilía, escrita por el Arzobispo, quien ha destacado que "ninguna violencia asesina tiene justificación y es necesario que nos esforcemos en superar una cultura de la muerte que crece" al tiempo que ha pedido "sabiduría para que todos trabajemos responsablemente por la convivencia, la justicia y la paz".
"Necesitamos recuperar una educación en los verdaderos valores, los que reconocen la dignidad e inviolabilidad de todo ser humano, el respeto a la persona, la defensa de la vida, la generosidad y el servicio, y todo ello encuentra su fundamento en Dios", ha subrayado el Cardenal en su homilía.
También ha animado el titular de la archidiócesis a "hacer una cultura del amor y la vida donde se erradique la droga" y ha incidido en que "los cristianos, por nuestra fe en Dios, no podemos permanecer inactivos ante la cultura que incita a la violencia, y tenemos la responsabilidad de defender y abrir las posibilidades de la vida y educar para una cultura de la vida".
El "ejemplar compañero Blas Gámez", ha subrayado el Arzobispo, "ha sido un fiel servidor de la sociedad y de su seguridad, ha entregado su vida por los demás en defensa de la justicia y su recompensa será grande en el cielo" porque "nadie tiene más amor que el que da la vida por los demás, y Blas la ha dado, porque ha amado mucho, a su familia y a la sociedad".
"Todos juntos", ha pedido el Cardenal, "tenemos que salvar a la sociedad de la violencia y de los incesantes crímenes que aterran, dan pavor y degradan el concepto mismo de la civilización".
Asimismo, el obispo auxiliar se ha sumado al pésame y ha expresado su "profundo dolor y solidaridad con la familia, amigos y compañeros, porque soy nieto, hijo y primo de comisario y la muerte de esta persona que ha entregado su vida en cumplimiento de su deber me afecta como si fuera la de un compañero o un amigo".
En la misa exequial, que ha sido concelebrada por el Cabildo Catedralicio, han participado autoridades civiles y militares y representantes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.
A mediodía ha llegado a la Catedral el féretro, que antes de entrar en el templo ha pasado por delante de una formación de honores compuesta por un centenar de agentes, compañeros del fallecido. Además, el féretro ha sido recibido y despedido, en la Puerta de los Hierros, con el Himno Nacional y aplausos.
Durante la misa, seguida por numerosos miembros la Policía Nacional y de otros cuerpos policiales, el féretro del subinspector ha sido situado frente al altar, cubierto por la bandera de España, y sobre él ha sido depositada la Medalla de Oro al Mérito Policial que ayer le impuso, a título póstumo, el ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido en la capilla ardiente instalada en el complejo policial de Zapadores.
Blas Gámez Ortiz, de 51 años, era subinspector de la Policía Nacional y trabajaba en el grupo de homicidios de la Brigada de Policía Judicial de Valencia. (AVAN)
