El President Ximo Puig dijo que Madrid se está yendo, que está en pleno "proces" invisible. Como siempre, nos encontramos ante el tibio PSPV, ese partido que sabe a quién se debe y que no debe alzar muy alta la voz. Con cuatro discursitos con aires de modernidad y dos normas sociales ya han cumplido. Pero no, señor President Ximo Puig, lo de Madrid no es un "proces" invisible. No compare a gente que recibe palos por querer votar (estemos o no de acuerdo con la independencia) con las alfombras rojas a las grandes fortunas para que no paguen impuestos. Seamos serios.
El nombre correcto para lo que sucede en Madrid viene del griego y Julio Anguita lo expresaba con total claridad: lo de Madrid se llama cleptocracia, el gobierno de los ladrones. AllÃ, en aquellos despachos con olor a Brummel en los que Florentino Pérez igual te despelleja a futbolistas que te coloca a un director en La Sexta o a un tertuliano de baja catadura moral en todos los platós... Allà es donde todo pasa, donde manejan el cotarro empresarios de familia de bien, banqueros con sueldos millonarios, polÃticos liberales, derechistas y ultras... Allà donde jueces de parte están situados estratégicamente para afinar según que cosas... AllÃ, en la cleptocracia con epicentro en Madrid es donde el dinero se mueve sin control.
Hablo de cleptocracia porque aunque sea legal que las fortunas de este paÃs emprendan la fuga de sus comunidades autónomas hacia Madrid para no tributar lo que deben, es del todo inmoral. Es, en toda la amplitud del término cleptocracia, la institucionalización de la captación de dinero de forma injusta y el centro neurálgico de la corrupción. El PSOE tiene mucho que callar en este aspecto, sobre todo un PSPV que según las últimas investigaciones permitió que la cleptocracia gobernará la ciudad de Valencia a cambio de las cuatro migajas que sobraban de los chanchullos urbanÃsticos. Si no hacÃan una oposición serÃa, los de Rita les dejaban limpiar la mesa donde los populares se habÃan repartido poco antes el pastel. Caso Azud lo llaman la prensa y la justicia y en él están imputando a empresarios y polÃticos del PP y del PSPV.
Asà las cosas, la cuestión fundamental es la contraposición de dos modelos y no un "proces" invisible como dijo Ximo Puig. El modelo de la cleptocracia es ese en el que polÃticos corruptos, dentro o fuera de la ley, negocian contratos millonarios y se reparten el pastel del dinero público con mordidas o con adjudicaciones cuestionables como el último contrato sin publicidad otorgado a dedo a Okdiario. Cleptocracia son las puertas giratorias. Cleptocracia son policÃas, jueces y pseudo-periodistas fabricando noticias falsas. Y esto pasa en Madrid, pero también en Valencia, en Cuenca, en Mallorca, en Barcelona, en Galicia, en Andalucia...; al otro lado la democracia, la participación, la transparencia, la eficiencia y la rendición de cuentas. El primer modelo ya lo hemos conocido y ha devastado nuestro paÃs y nuestros servicios públicos; el segundo modelo, el que proponemos, necesita del impulso de la gente que realmente levanta este paÃs todos los dÃas: trabajadores, pensionistas, estudiantes, pequeño empresariado, funcionariado, policÃas, bomberos... Pueblo. Sólo el pueblo puede cambiar las cosas: cleptocracia o democracia, he ahà la cuestión.