El calor ya se ha instalado entre nosotros, y no solo permanecerá durante varios meses, sino que aún están por llegar los episodios más intensos y, por tanto, más peligrosos. La hidratación será clave en la lucha contra las altas temperaturas, por lo que es fundamental saber reconocer las señales que nos envía el cuerpo para mantenernos bien hidratados.
Hay que tener en cuenta que la deshidratación no consiste únicamente en tener sed o sentir sequedad; es un riesgo real y serio que puede impedir, por ejemplo, una buena digestión y acabar afectando gravemente al organismo. El cuerpo humano está compuesto en gran parte por agua, por lo que mantener un equilibrio hídrico adecuado es esencial.
Síntoma previo: Cansancio
Uno de los síntomas más difíciles de asociar con la deshidratación es el cansancio. Es común y puede deberse a muchas otras causas. A menudo pensamos que es normal sentirse más agotado cuando hace calor, pero en realidad ocurre al revés: cuanto más calor, mayor es la sudoración y, por tanto, mayor la pérdida de agua. Esta es la razón por la que cualquier esfuerzo físico se siente más pesado en verano.
Es un síntoma leve, pero si lo notas, busca sombra y bebe agua.
Primera gran señal de alerta: Dolor de cabeza
La falta de agua puede contraer los vasos sanguíneos. Aunque un dolor de cabeza leve puede tener múltiples causas, beber agua fresca como primera medida suele ser más eficaz que recurrir directamente a un analgésico, especialmente si estás perdiendo líquidos.
Segunda gran señal: Calambres
Los calambres, especialmente en piernas y brazos, son causados por contracciones musculares relacionadas con la pérdida de electrolitos. En estos casos necesitas agua, pero también potasio. La forma más sencilla de reponerlo es comiendo un plátano.
'Red flag' de urgencia: El color de la orina
Las personas deshidratadas orinan menos. Si, además, el color de la orina va del ámbar al marrón oscuro, es momento de acudir a un médico. Esta es una de las señales más claras de que la deshidratación ha llegado a una fase grave.
Síntomas extremos: acude a urgencias
Cuando el cuerpo entra en una fase de deshidratación severa, los síntomas incluyen mareos, aturdimiento, respiración o latidos acelerados, piel seca y arrugada, y, finalmente, el shock.
Cómo actuar
Si notas alguno de los primeros síntomas, busca un lugar fresco, recuéstate y bebe agua. Si no mejoras o presentas síntomas más graves, acude inmediatamente a un centro médico.
Mejor a sorbos que a tragos
Beber mucha agua de golpe no es tan efectivo -y puede ser incluso contraproducente- como hacerlo a pequeños sorbos.
No sólo necesitas agua
Si has hecho ejercicio en un día caluroso, recuerda que no basta con beber agua: también necesitas recuperar sales y minerales. Puedes hacerlo combinando la hidratación con alimentos ricos en electrolitos o bebidas isotónicas. Incluso puedes preparar una bebida casera con agua, una pizca de sal y un poco de azúcar.
También puedes consumir frutas y verduras con alto contenido de agua, como el apio, el melón, el pepino o la sandía, ya sea enteras o en batido. Estos alimentos te ayudarán a alcanzar los dos litros y medio de agua diarios recomendados, o incluso más si hace mucho calor o realizas actividad física intensa.
Evita los "falsos hidratantes"
Aunque podrías necesitar algo de azúcar para recuperar energía, ten en cuenta que muchas bebidas azucaradas actúan como diuréticos, aumentando la pérdida de líquidos. Si estás deshidratado, evita los zumos industriales, las bebidas azucaradas, el alcohol y la cafeína. No es que debas eliminarlos por completo en verano, pero no los consideres una solución efectiva frente a los síntomas de la deshidratación.