El sindicato
CSI·F insta a Inspección de Trabajo y a los diferentes órganos de control a que
"actúen con la mayor brevedad" y midan el calor en los centros tras las
denuncias presentadas por el propio sindicato. De esta forma la central
sindical considera que se evitarÃa "los problemas de interpretación que la
propia consellera de Educación ha generado al decir que los directores tienen
potestad para establecer las medidas que estimen oportunas con el fin de
impedir problemas de salud".
La Central
Sindical Independiente y de Funcionarios (CSI·F) señala que, al especificar la misma
consellera que los directores pueden incluso anular las clases "si lo motivan
las circunstancias", resultarÃa una contradicción que se planteara siquiera la
posibilidad de abrir expediente disciplinario a aquellos directores que han
seguido sus pautas y que han anulado las clases por el sofocante calor. La
información sobre esa posibilidad ha llegado al sindicato.
La central
sindical recuerda que la normativa vigente (regulada en el RD 486/1997) establece
temperaturas máximas de 27 grados en los centros docentes, muy por debajo de
los hasta 35 grados que este inicio de curso se registran en algunos de ellos.
"Esta situación afecta de forma directa al alumnado y a la calidad de la enseñanza",
sostiene el sindicato.
CSI·F ha
subrayado desde el inicio de curso que la normativa ofrece la posibilidad de
anular y/o adaptar actividades en las aulas o zonas en las que la temperatura
no permita impartirlas en las condiciones adecuadas. Esa opción de clausurar
las clases la abrió la propia Conselleria. El calor registrado en este inicio
de curso en las aulas impide respetar las condiciones de trabajo y desarrollar una
enseñanza con la calidad exigida.