Mi primer contacto ideológico serio fue aquella LÃnia d'Ensenyament en Valencià de la Facultat de Dret. Fue allà donde oteé las primera utopÃas y fue allà -casi al final de la carrera- donde decidà que tenÃa una especie de deber cÃvico de intentar propagar una serie de valores que habÃa respirado durante cinco grandes años.
Fue allà en la cafeterÃa del bar de Derecho donde asistÃa a interminables debates de la gente de mi clase sobre muchos y variados temas. Fue allà donde me pasaron las primeras lecturas sobre desarrollo sostenible o la primera ponencia polÃtica que leà de la Unitat del Poble Valencià . Fue allà donde soñé mis primeras utopÃas.
Veinte años después aún conservó la mayor parte de ellas aunque es cierto que se han ido apagando algunas y encendiendo otras. Pero en esencia sigo siendo un joven gruñón utópico.
Y veinte años después sin embargo hay una pregunta que crece y me sobrepasa. ¿Cuál es la utopÃa del lado oscuro? ¿Cuáles son las utopÃas de derechas? ¿Cuál es su sociedad ideal? ¿Es una sociedad donde la gente trabaja de sol a sol por un poco de dinero que le permite sobrevivir? ¿Una sociedad donde todo el mundo gana tanto dinero trabajando tantÃsimo que se pueden comprar cada vez más cosas y más caras?
¿Una sociedad donde la sanidad la tiene el que se la puede pagar y el que no puede morirse sin asistencia? ¿Una sociedad donde estudia quien se lo puede pagar y el que no puede pagar vive condenado a que sus hijos sean lo mismo que ellos? TodavÃa no he leÃdo ni una sola frase, ni una sola reflexión, sobre las utopÃas de "los otros". Quizá porque la derecha vive en el pasado y las utopÃas pertenecen al futuro. Quizá porque solamente de pensar en utopÃas; les salga dermatitis.