Nueve de cada diez familias solicitantes de adopción valoradas por el Consejo de Adopción de Menores de la Generalitat durante 2012 han sido declaradas idóneas. Concretamente, el 92,24% de las 335 solicitudes estudiadas han obtenido la idoneidad y tan sólo 26 (el 7,76%) han resultado no idóneas.
Las solicitudes de adopción valoradas según estructura familiar, han sido las siguientes: 296 de familias biparentales, con un 93,2% de idoneidad, 30 familias monoparentales de mujer con un 83,3% de idóneas y 9 familias monoparentales de varón con un 88,9% de idoneidad.
La directora general del Menor, Rosa Aragonés, ha señalado que la obtención de la idoneidad es el primer paso que deben dar las familias que quieren adoptar un menor.
"La necesidad de valorar la idoneidad se basa en que la paternidad adoptiva entraña una dificultad añadida, al crear un vÃnculo con un niño que ha pasado por múltiples dificultades desde su nacimiento", explica Aragonés. "Y los padres adoptivos no pueden permitirse fallar, porque estos menores ya han tenido unos padres que por diversas circunstancias ya les han fallado", añade.
La directora recuerda además que tanto los paÃses de origen de los niños en situación de adoptabilidad, como el Estado español "están obligados a verificar que las familias que solicitan una adopción, proporcionarán al niño las condiciones afectivas, emocionales y sociales que pueden considerarse básicas para su desarrollo personal".
Consejo de Adopción
Cabe recordar que el Consejo de Adopción de la Generalitat valora los expedientes de las familias de manera especial y que su trabajo no se limita a comprobar simplemente si la familia desea a ese niño y si le proporcionará alimento y escolarización.
Los miembros de dicho organismo son personas con gran experiencia y conocimientos en materia de protección de menores y adopciones, lo que permite que en la toma de decisiones se apliquen criterios cualificados y plurales.
Respecto a las valoraciones para determinar la idoneidad de los solicitantes de adopción, la directora general destaca el realismo del proyecto, es decir, que la familia sea consciente de las dificultades que supone una adopción, para que después no se vea desbordada o decepcionada por la realidad de la paternidad adoptiva.
También se valora la motivación de la familia para comprobar que la adopción no responde a una necesidad de cubrir carencias afectivas ni vacÃos existenciales.
El objetivo de la administración es, precisamente minimizar el riesgo de fracaso de la familia adoptiva con el niño, determinando si las familias estarán preparadas para afrontar y superar el proceso de adaptación mutuo, para evitar a toda costa la vuelta del niño a un centro de acogida, ya que las secuelas psicológicas para él podrÃan ser irreversibles.
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