80 atletas del Club de Atletismo en su dÃa de celebración. Foto: EPDAFieles a la tradición, más de
Tras el pequeño acto protocolario, la marea naranja se puso en marcha.
El grupo más atrevido se planteó la subida a la cruz del Picayo por un itinerario que no es precisamente la lÃnea recta: 18 kilómetros recorrieron los más atrevidos del club.
El segundo grupo eligió una ruta de montaña de "sólo"
El tercer grupo estaba formado por los senderistas que, tranquilamente, a pie, como ellos suelen hacer en sus salidas quincenales, visitaron hermosos paisajes cercanos a la población en un recorrido de 12 kilómetros que tuvo una parada técnica para almorzar, concretamente en el Pla de Lluna.
Finalmente, los que aseguran no estar para demasiados trotes "apenas" hicieron una pequeña ruta de
Tras el ejercicio, la marea naranja se concentró para el
La fiesta se prolongó hasta la hora de reponer fuerzas a mediodÃa, tarea que corrió a cargo de
Y asÃ, entre "suaves" ejercicios para abrir el apetito y degustaciones gastronómicas transcurrió una jornada destinada sobre todo a cubrir un objetivo: que la armonÃa sea el principal aliado de la marea naranja a lo largo de toda la temporada.
