El edil de Servicios Municipales, Parques y Jardines del Ayuntamiento de Nàquera, José Vicente Estellés, ha presentado hoy su renuncia al cargo pero sin embargo, mantendrá su acta de concejal. De esta forma evitará enfrentarse a una nueva acción judicial del Equipo de Gobierno (UPdN y PSPV-PSOE) a la gestión anterior del Partido Popular, en este caso en referencia al PAI dels Plans.
Todo ello, sumado a las afinidades personales que mantiene el hasta ahora concejal con miembros del PP, las presiones recibidas y sus posibles expectativas de encabezar la lista popular en las próximas elecciones municipales podrían haber desencadenado su dimisión.
Una renuncia que el alcalde, Damián Ibáñez, y el resto de compañeros han calificado de "auténtica traición" y han anunciado que no se amedrantarán ante ninguna infracción ya que los ciudadanos confiaron en ellos "para denunciar todas las irregularidades detectadas".
Además, UPdN y PSPV-PSOE han querido hacer pública la "nefasta gestión" de Estellés al frente de sus concejalías, al no realizar los trámites administrativos legales necesarios para la aprobación de los gastos derivados en ellas, y que ha generado malestar en el seno de la corporación al suponer más de un total de 182.000 euros en tres años.
Con todo, el alcalde ha solicitado a Estellés que devuelva las llaves de los edificios municipales, el teléfono corporativo, la radio-emisora y un congelador, a la vez que realice un inventario de todas las herramientas del almacén municipal y de las ITV de los vehículos a su cargo, dentro de las competencias de su concejalía.
Según ha indicado el primer edil, las sospechas sobre su gestión son más que evidentes y es que en estos tres años se le han ido restando competencias como la de personal o la de fiestas. Además ha puntualizado que la de obras, de facto, ya viene meses gestionando el edil de Urbanismo, Víctor Navarro, debido a la dejación de funciones de Estellés que no atendía las solicitudes ciudadanas y que se suma a problemas
conocidos por todos los vecinos como la zanja de la Biblioteca en la que tuvo que intervenir el alcalde para evitar riesgos laborales para los trabajadores municipales.
A todo ello hay que añadir también la falta de confianza de los compañeros del Equipo de Gobierno, por asuntos como revelar información del propio equipo, no respetar las decisiones o romper la disciplina de voto acordada.
