El Consorcio Valencia Interior (CVI) invita a aprovechar el cambio en la forma de gestionar los residuos, impulsado por el Paquete de Economía Circular de la Unión Europea, como una oportunidad. El objetivo es poner el foco en la autogestión de los restos de comida en zonas de escasa densidad de población, como es el municipio de Alpuente, que permite mejorar los resultados ambientales, incrementar la participación de los vecinos y reducir el coste para los vecinos de la gestión de los residuos domésticos.
Es por ello que el CVI quiere aprovechar el impulso del Plan Estatal Marco de Prevención de Residuos (PEMAR 2018) y financiación de la Generalitat para inversiones destinadas a mejoras en la gestión de residuos. De hecho, ha iniciado un programa en núcleos menores que ofrece composteras, formación y acompañamiento para la introducción del compostaje en la gestión de los desechos domésticos. El compostaje en proximidad de los restos de cocina reduce el peso y las molestias de la basura que va a los contenedores que, además, será más fácil de separar en la planta de tratamiento del Consorcio (a menos peso, menor tasa de tratamiento al vecino, y a menor contenido en materia orgánica, menor frecuencia de recogida requerida y mejor rendimiento de materiales recuperados en planta).
El gerente, Ángel Rodríguez, se ha reunido esta semana con la alcaldesa de Alpuente, Alicia Pérez, y con representantes de la contrata que lleva a cabo el servicio de recogida de residuos en la localidad con el objetivo de planificar la implantación del nuevo modelo de gestión en línea con las directrices europeas.
El Instituto de Educación Secundaria de Alpuente ha sido uno de los primeros implicados en desarrollar un proyecto integral de compostaje. De la mano de las educadoras del CVI, la Sección de Alpuente del I.E.S. la Serranía inició hace un año el compostaje en este centro escolar, donde se ha desarrollado una formación específica tanto al alumnado como al profesorado para aprender a separar los restos de comida en el comedor del centro, depositarlos en el compostador de 800 litros instalado en el centro y controlar todo el proceso (su aireado, la temperatura y el control de los aceleradores naturales).
"El seguimiento en este tipo de planes es esencial, porque el proceso de compostaje no es matemático, siempre hay una serie de variables que controlar y a tener en cuenta para que no genere olores y el abono sea de calidad", tal como explican Paula Martín y Mª Jesús Cabo, educadoras ambientales del Consorcio. De hecho, "se ha visitado in situ el compostador varias veces en este primer año y se ha ido contrastando su desarrollo, que podemos calificar sin duda de exitoso, generando un abono que puedan utilizar ya mismo en el huerto del instituto", han destacado, haciendo hincapié en que se necesitan entre nueve meses y un año para que la materia orgánica depositada se transforme de manera natural en compost de calidad.
Es por ello que CVI ha querido reconocer el compromiso tanto del alumnado como del profesorado con una actividad extraordinaria relacionada con este proyecto de compostaje en Alpuente, que desarrolló ayer el equipo de educación ambiental del ente. La actividad se realizó a estudiantes de Primero y Segundo de Secundaria en un primer turno y a los de Tercero y Cuarto de Secundaria en un segundo turno.
Al tiempo, el gerente del consorcio aportará estas experiencias en la presente edición del Conama Local, que se celebra del 2 al 5 de abril en Toledo, en el marco del cual participará el próximo miércoles en un debate sobre la gestión de residuos en territorios de población dispersa.
