Un equipo de investigadores del CSIC ha desarrollado un prototipo de baterÃa de flujo redox de vanadio de 10 kilovatios (Kw) para demostrar su viabilidad como sistema de almacenamiento de energÃa eléctrica a gran escala, dirigido especialmente a las energÃas renovables. Este prototipo de 10 kW (10 kW de potencia y 20 kWh de energÃa) permite acumular energÃa eléctrica para aplicaciones estacionarias, como el almacenamiento de energÃa en viviendas o pequeños comercios
Esta tecnologÃa constituye el primer hito en el camino para obtener una baterÃa de 50 kilovatios, que permitirá extender el uso de esta tecnologÃa al sector industrial. El prototipo se ha presentado hoy en un acto celebrado en el Instituto de CarboquÃmica (ICB-CSIC), en Zaragoza, y ha contado con la presencia de la presidenta del CSIC, Rosa Menéndez, entre otras autoridades. El evento, abierto a la sociedad y a las empresas, se ha podido seguir a través de Youtube.
Este prototipo es fruto del trabajo de la Plataforma Temática Interdisciplinar PTI TrasnEner+, del CSIC, y supone una apuesta tecnológica para el almacenamiento estacionario de energÃa eléctrica a gran escala, con el objetivo de alcanzar una mayor integración de las energÃas renovables, superar sus problemas de intermitencia y acelerar la transición energética. El proyecto está coordinado por Ricardo SantamarÃa, investigador del Instituto de Ciencia y TecnologÃa del Carbono (INCAR), y cuenta con la participación de grupos de ocho centros del CSIC: INCAR, LIFTEC (integrado en el ICB), ITQ, IRI, ICB, ICMM, ICMAB e ICTP.
Las baterÃas de flujo redox son dispositivos con una gran flexibilidad en los que la energÃa está almacenada en los electrolitos, que contienen las especies de vanadio electroactivas. Estos electrolitos se encuentran en tanques externos y fluyen gracias a la acción de bombas hidráulicas por el interior de las celdas de la baterÃa donde se producen las reacciones electroquÃmicas de oxidación-reducción.
Su principal ventaja es la versatilidad que ofrecen: la potencia y la energÃa del sistema se pueden configurar de forma independiente mediante el aumento de la superficie activa de los electrodos, el número de celdas y el volumen de electrolito. Tienen, además, un ciclo de vida largo que puede superar los 20 años, lo que las convierte en excelentes candidatas para aplicaciones estacionarias y de uso intensivo, donde otras tecnologÃas como las baterÃas de litio no pueden competir, facilitando la penetración de las energÃas renovables en el mercado.
"Una de las grandes ventajas de las baterÃas de flujo redox es que pueden dimensionarse en potencia y capacidad para dar servicio en aplicaciones de almacenamiento tanto delante como detrás del contador; es decir, pueden conectarse directamente a plantas de generación conectadas a las redes de distribución o instalarse en los centros de consumo de energÃa o en su proximidad", comenta SantamarÃa.
Un proyecto gestado en un entorno de colaboración multidisciplinar
Este módulo de 10 kW supone el primer hito del proyecto de conseguir una baterÃa de 50 kW. El prototipo está formado por 4 stacks (apilamientos de celdas) similares a los que incorporará la baterÃa de 50 kW. Los diversos componentes de la baterÃa han sido desarrollados por equipos diferentes del CSIC. El diseño de todos los elementos que forman la baterÃa, la tecnologÃa de los sistemas de sellado y cierre, y los procesos de fabricación y montaje son obra del grupo de investigación del LIFTEC liderado por el investigador Félix Barreras. Los fieltros de carbono que se usan como electrodos han sido modificados por el grupo de investigación del INCAR para mejorar sus propiedades electroquÃmicas, mientras que el grupo del ITQ, dirigido por Antonio Chica, se ha encargado de las membranas y el electrolito.
El módulo incorpora, además, un sistema de gestión de la baterÃa y la energÃa de desarrollo propio, basado en protocolos de operación compatibles con los estándares industriales, con el que se puede conocer el estado de la baterÃa en todo momento.
Asimismo, el grupo de investigación del Instituto de Robótica e Informática Industrial (IRI), dirigido por Ramón Costa, colabora con el grupo del LIFTEC en el diseño de un sistema de telemetrÃa que permite operar la baterÃa de forma remota y visualizar todas las variables de funcionamiento en tiempo real. También están trabajando en la implementación de técnicas para la predicción del estado de carga y de salud que permitan la gestión eficiente de los flujos de energÃa y la prolongación de la vida útil del dispositivo.
TecnologÃa con un amplio campo de aplicaciones
El prototipo de 10 kW podrÃa cubrir las crecientes necesidades de autoconsumo energético residencial tanto en viviendas aisladas como en pequeñas comunidades de vecinos, o incluso para pequeños consumidores comerciales.
Sin embargo, el objetivo final del proyecto es validar el prototipo de 50 kW conectándolo a una planta de generación de energÃa renovable, como puede ser un campo solar. Para ello se ha desarrollado una microrred inteligente en el LIFTEC, formada por la baterÃa de flujo de 10 kW, un campo solar y varias cargas y fuentes programables que permiten simular diferentes consumos.
Tal y como indica Félix Barreras, "esta instalación permitirá estudiar casos realistas según las necesidades del mercado, con una arquitectura de potencia modular que permite el uso de la baterÃa en modo aislado o conectada a red, ya sea en corriente alterna como en continua"
Un acto abierto a la sociedad y las empresas
"Creemos que esta tecnologÃa puede ayudar a las empresas españolas a alcanzar una posición relevante en el entorno europeo ante el reto de mantener la seguridad del suministro en un sistema eléctrico descarbonizado basado en energÃas renovables", indica Clara Blanco, coordinadora de la PTI-TransEner+,
Esta iniciativa está financiada por los Fondos Next Generation EU a través del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, concretamente de la Componente 17, Reforma institucional y fortalecimiento de las capacidades del sistema nacional de ciencia, tecnologÃa e innovación.