Por segundo año, el ganador de dos Goya Pablo Llorens realiza un corto de animación con los alumnos del Programa de Cualificación Profesional Inicial (PCPI) de JardinerÃa. En esta ocasión, el creador valenciano y estos jóvenes especiales cuentan el romance entre dos ranas, que protagonizan una historia de amor nacida de la plastilina.
El psado viernes 11 de febrero, los alumnos del PCPI de JardinerÃa cambiaron por un dÃa las tijeras de podar por la plastilina y la cámara de vÃdeo. El motivo fue la visita del cineasta Pablo Llorens, que por segundo año consecutivo enseñó a estos adolescentes a realizar su propio cortometraje de animación con plastilina.
Carolina Berenguer, coordinadora del PCPI, afirma que "la experiencia ha sido de nuevo estupenda y muy divertida. Los chavales han aprendido muchas cosas, como por ejemplo todo el proceso creativo necesario para hacer una pelÃcula. Y han comprobado como, a pesar de ser una labor muy complicada, también es muy gratificante".
Antes de recibir a Pablo Llorens, ganador de dos premios Goya por sus cortos de animación Caracol, col, col y El enigma del chico croqueta, los jóvenes del PCPI diseñaron la historia que querÃan contar. "Irene, una de las alumnas, propuso hacer el corto sobre una historia de amor entre ranas. Después el resto de compañeros hizo sus aportaciones y se pusieron a diseñar con plastilina los personajes y los escenarios", explica la coordinadora del PCPI.
Asà que cuando el viernes 11 de febrero Pablo Llorens llegó al Espai Social MartÃnez Coll, le esperaban los doce futuros jardineros cargados de ilusión y con sus muñecos y escenarios de plastilina preparados para el rodaje. El cineasta se encargó de explicarles las técnicas para lograr el movimiento de los muñecos y además aportó algunas mejoras a la historia diseñada por los chavales del PCPI. A continuación empezó el proceso de grabación del cortometraje, que duró toda la mañana.
Carolina comenta que "no nos dio tiempo a terminar la grabación, pero nos queda muy poco y en breve acabaremos el rodaje. Luego empezará la fase de montaje. Los chavales están deseando ver el resultado final de su cortometraje, que les ha permitido descubrir muchas cosas: desde el proceso creativo previo a la grabación, donde han tenido que diseñar los personajes y pensar en las inquietudes que les mueven a actuar de una manera u otra, hasta la fase de grabación, en la que han aprendido que para que un muñeco de plastilina se mueva hace falta mucha paciencia".