El Hospital Universitario de
la Plana de Vila-real
ha iniciado la aplicación del nuevo protocolo de Actuación Sanitaria frente a la
Mutilación Genital Femenina
aprobado por el Sistema Nacional de Salud el pasado mes de febrero de 2015. De esta forma, desde la gerencia se ha comenzado a difundir el nuevo texto entre los equipos de GinecologÃa y PediatrÃa del centro, asà como entre los trabajadores sociales sanitarios y el personal facultativo y de enfermerÃa de Atención Primaria.
Este protocolo tiene como objetivo constituirse en herramienta básica para la sensibilización y formación de estos profesionales en la lucha contra la mutilación y mejorar la salud de las mujeres y niñas a las que ya se les ha practicado en sus paÃses de origen, asà como poder prevenir y detectar el riesgo de su práctica en niñas que, por su contexto familiar, se encuentren en situación especial de vulnerabilidad.
Los profesionales sanitarios pueden contribuir a su erradicación
La mutilación genital femenina es una práctica dañina para la salud fÃsica, psicológica, sexual y reproductiva de las mujeres y las niñas y, según datos del Ministerio de Sanidad, casi 17.000 niñas en España corren el riesgo de ser vÃctimas de este tipo de violencia.
La mutilación genital femenina comprende todos los procedimientos de ablación parcial o total de los genitales externos de la mujer, asà como otras lesiones de los órganos genitales femeninos, causados por razones culturales u otras y sin fines terapéuticos.
Los profesionales sanitarios ocupan un lugar clave de la detección, intervención y prevención de la mutilación genital femenina por su carácter de proximidad con la población de riesgo y pueden contribuir a su erradicación.
La mutilación genital femenina es reconocida internacionalmente como una violencia de los Derechos Humanos y de los Derechos de la Infancia, y se practica con mayor frecuencia en niñas menores de 18 años y en algún momento entre la lactancia y los 15 años.
Las complicaciones que aparecen tras esta práctica pueden darse inmediatamente o a medio y largo plazo, sin olvidar las complicaciones obstétricas en el momento del parto. Algunas de las consecuencias son dolor intenso, hemorragias, infecciones, lesiones en órganos o en estructuras anatómicas de la zona genital y anemias severas, entre otras de Ãndole psicológica como depresión, terrores, miedo a relaciones sexuales, trastornos mentales y psicosomáticos o alteraciones del apetito.