El Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM) ha programado del 28 al 30 de junio, dentro de la Semana del Orgullo Gay, una serie de proyecciones y conferencias para analizar el cine marginal LGTBi de los años setenta y ochenta.
Según un comunicado del IVAM, durante esos años hubo en España un espacio de creación y experimentación que tuvo el centro de sus discursos en las sexualidades disidentes, todo definido por la convergencia de tres ámbitos de marginalidad (social, polÃtica y cinematográfica).
En este clima cohabitaron, entre otros, los directores de cine Pedro Almodóvar, Esteve Rovira, Pierrot, Carles Comas, Rafael Gassent, LluÃs Fernández, Antonio Maenza, José Romero Ahumada, el colectivo Els 5 QK's y Barcelona Súper 8, asà como algunos artistas y activistas, como por ejemplo José Pérez Ocaña o Rampova.
Ahora el IVAM programa una serie de proyecciones y conferencias para analizar este fenómeno, ligado no solo al cine, que se fundamental en la historia de la lucha por los derechos del colectivo LGTBi.
Desde el inicio de la década de los setenta, gays, lesbianas y trans empezaron a organizarse en los primeros colectivos militantes.
Desde el pionero MELH, fundado a Barcelona el 1971, hasta los que llegaron después de la muerte del dictador, como el vasco EHGAM, el catalán FAGC, el madrileño FLHOC o el valenciano MAG-PV, los grupos activistas permitieron la organización de las manifestaciones principales.
Estas fueron registraron por las cámaras de José Romero (Barcelona, 1977) y Miquel Alamar (Valencia, 1979), y facilitaron la creación de lugares de encuentro y de actividades culturales y de ocio, como las primeras muestras de cine gay.
Esta cultura incipiente de la liberación sexual pronta se articuló más allá de los colectivos y los desbordó a través de revistas, boletines, pasquines, carteles, libros, pelÃculas de ficción y fotografÃas que circularon por las calles, cuerpo a cuerpo, y dieron testigo de la revuelta y, al mismo tiempo, la alimentaron de imágenes.
La doble militancia marxista/homosexual fue una hecho habitual, de forma que los colectivos de gays, lesbianas y trans se sumaron a causas proletarias, como el Primero de Mayo, y mantuvieron complicidad con otros movimientos, como el ecologista y antinuclear, por ejemplo.
Esta tendencia se reprodujo en la esfera cinematográfica, en pelÃculas como Orfeo filmado en el campo de batalla (1969), de Antonio Maenza.
Las pelÃculas de Els 5 QK's, como Identitat (1976), sobre la reconfiguración de las identidades polÃticas y sexuales en los tiempos fugaces de la Transición, es, también, un buen ejemplo, según las fuentes.
El discurso de la sexopolÃtica cobró forma en algunas propuestas cinematográficas mainstream y oficiales (Eloy de la Iglesia, Cecilia Bartolomé) o se entremezcló con subculturas, como el fantaterror de Pierrot, y actitudes experimentales de la mano de Carles Comas, Barcelona S8 y Maenza, y enlazó directamente con la obra de Zulueta, Arrieta o Teo Hernández.